El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha ordenado la suspensión inmediata de toda la ayuda militar a Ucrania, argumentando que el gobierno de Volodímir Zelenski debe demostrar un compromiso real con la paz. La decisión, confirmada por la Casa Blanca, afecta a todo el armamento que aún no ha llegado al territorio ucraniano, incluidas armas en tránsito o almacenadas en Polonia. Esta medida llega después de una tensa reunión entre ambos mandatarios en la Oficina Oval, donde Trump reprochó a Zelenski su supuesta falta de gratitud y puso en duda su disposición para alcanzar un acuerdo con Rusia.
El impacto de esta decisión en Ucrania es significativo, ya que Estados Unidos ha sido su principal proveedor de asistencia militar desde el inicio de la invasión rusa en 2022. En total, Washington ha destinado 175.000 millones de dólares en ayuda militar, aunque la Casa Blanca señala que aún quedaban 3.850 millones pendientes de entrega. La suspensión de estos recursos representa un golpe crucial para Kiev, que enfrenta dificultades en el frente de batalla y depende del apoyo occidental para mantener su defensa.
Desde el punto de vista del gobierno de Trump, esta medida busca incentivar a Rusia y Ucrania a negociar una salida al conflicto. Sin embargo, Zelenski ha manifestado que la paz sigue estando «muy lejos», lo que ha generado una respuesta dura por parte del mandatario estadounidense. Trump advirtió en su red social, Truth Social, que Estados Unidos “no tolerará mucho más” la falta de voluntad del líder ucraniano para negociar.
El secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, respaldó la postura de Trump al afirmar que el presidente es “el único líder en el mundo con la posibilidad de poner fin a la guerra de manera duradera”. En este contexto, Rubio insistió en la necesidad de llevar a los rusos a la mesa de negociación y explorar opciones para la paz. Por su parte, el vicepresidente J.D. Vance criticó la postura de los aliados europeos por no presionar a Zelenski a aceptar un acuerdo y advirtió que la ayuda de EE.UU. no es inagotable.
Además de la suspensión de la ayuda militar, la administración de Trump ha comenzado a evaluar la posibilidad de retirar ciertas sanciones económicas impuestas a Rusia. Según Reuters, la Casa Blanca ha solicitado a los departamentos de Estado y del Tesoro elaborar una lista de sanciones susceptibles de ser levantadas. Esta iniciativa refuerza la estrategia de Trump de acercarse a Moscú mientras incrementa la presión sobre Kiev.
Otra de las controversias en torno a la suspensión de la ayuda está relacionada con el acuerdo económico entre Estados Unidos y Ucrania sobre la explotación de tierras raras. Se esperaba que Zelenski firmara este pacto, que permitiría a compañías estadounidenses extraer recursos minerales estratégicos en Ucrania. Sin embargo, la falta de avances en esta negociación también ha sido motivo de fricción entre los dos gobiernos.
La comunidad internacional ha reaccionado con preocupación a estos acontecimientos. Durante una reciente reunión en Londres, los líderes de Reino Unido, Canadá y Turquía reiteraron su compromiso de seguir apoyando militarmente a Ucrania. No obstante, reconocieron que la viabilidad de una solución pacífica al conflicto sigue dependiendo de la postura de Estados Unidos, que hasta el momento se ha mostrado reticente a ofrecer garantías de seguridad a Kiev.
Con su decisión de suspender la ayuda militar, Trump busca obligar a Zelenski a hacer concesiones en las negociaciones con Rusia. Sin embargo, el presidente ucraniano ha señalado en diversas ocasiones que no aceptará ningún acuerdo que implique la cesión de territorios ocupados. Mientras la Casa Blanca sigue sin aclarar qué espera obtener de Moscú a cambio de flexibilizar su postura, la incertidumbre sobre el futuro del conflicto continúa en aumento.
