El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sorprendió a la prensa al anunciar nuevos aranceles dirigidos al sector automotriz, señalando que la medida entrará en vigor el 2 de abril. Esta decisión se enmarca en la estrategia del mandatario para ajustar los desequilibrios comerciales y proteger las industrias nacionales.

Trump explicó que originalmente tenía previsto aplicar los aranceles el 1 de abril, pero optó por cambiar la fecha debido a que ese día se celebra el Día de los Inocentes en Estados Unidos. “Soy un poco supersticioso”, afirmó desde el Despacho Oval, subrayando que la decisión le costó mucho dinero solo por ese cambio de fecha.

El mandatario justificó que los aranceles a los automóviles importados son parte de una estrategia para igualar las tarifas que otros países imponen a productos estadounidenses. Además, señaló la posibilidad de un arancel especial para autos fabricados en México, lo cual podría impactar a armadoras importantes como General Motors, Ford, Nissan, Stellantis, Honda y Toyota.

Un estudio publicado por S P Global Mobility reveló que los aranceles propuestos a México y Canadá afectarían hasta un tercio de las ventas de vehículos comerciales en Estados Unidos. La investigación destaca que las importaciones de autos y camiones de estos países han aumentado significativamente desde la instauración del T MEC, representando una porción crucial de la demanda de vehículos en el país.

Los analistas señalan que los aranceles son especialmente sensibles para la industria de vehículos comerciales medianos y pesados. Se estima que, debido a la integración de las cadenas de suministro y el frecuente cruce de fronteras de componentes como autopartes, la imposición de estos gravámenes podría incrementar los precios finales para los compradores y alterar la producción en toda la región.

Adicionalmente, Trump adelantó que está preparando decretos para imponer aranceles recíprocos a aquellos países que gravan los productos estadounidenses. El presidente aseguró que podría firmar estos decretos tan pronto como este viernes o mañana por la mañana, justificándolo como un acto de “justicia” para que se cobre lo mismo que otros países hacen a Estados Unidos.

El mandatario enfatizó que, en el caso de los automóviles, la medida se aplicaría a aquellos importados a Estados Unidos y subrayó su compromiso de proteger a las industrias automotrices del país. Trump defendió su decisión alegando que los aranceles salvarán un montón de industrias, al tiempo que mantendrá el equilibrio en el comercio internacional.

Con este anuncio, se refuerza la postura de Trump en la guerra comercial. El presidente se muestra dispuesto a utilizar las tarifas como herramienta para presionar a sus socios comerciales y para incentivar la fabricación de autos directamente en Estados Unidos. Esta estrategia forma parte de un paquete de medidas que ya incluye aranceles a acero y aluminio y que ha generado reacciones intensas en México, Canadá y en el resto de la región.

La incertidumbre sobre la implementación y la duración de estos aranceles sigue en el aire. Mientras Trump ofrece detalles mínimos y promete revelar más información en el futuro, el sector automotriz y la industria de transporte esperan con preocupación cómo se verán afectados los costos y la competitividad de sus productos en un entorno comercial cada vez más restrictivo.

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