La relación entre México y Estados Unidos desató un fuerte debate en la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, donde legisladores de diferentes bancadas expusieron posturas encontradas sobre la política migratoria y la respuesta del gobierno mexicano a las recientes protestas en territorio estadounidense. Morena, PAN, PT, PRI y MC coincidieron en la importancia de proteger a los migrantes mexicanos, pero discreparon sobre la estrategia para hacerlo y sobre la postura asumida por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
Dolores Padierna, diputada de Morena, defendió la actuación del gobierno federal al calificarla de prudente y solidaria con los migrantes, tanto mexicanos como de otros países. Resaltó que Sheinbaum ha priorizado la diplomacia, la soberanía nacional y el diálogo, sin recurrir a la violencia ni fomentar acciones riesgosas para quienes radican en Estados Unidos. Llamó a cerrar filas en defensa de los connacionales y rechazó que México se someta a las políticas racistas y xenófobas de Washington.
Por el PAN, el diputado José Mario Íñiguez criticó al gobierno por dejar «a la deriva» a los migrantes, al tiempo que exigió mayor atención y recursos en los consulados para protegerlos. Señaló que no se deben fomentar conductas que expongan a los mexicanos al riesgo y pidió atacar las causas de la migración, como la pobreza y la falta de oportunidades, desde el interior del país.
El petista Ricardo Sóstenes Mejía Berdeja calificó la migración como un derecho humano que no debe criminalizarse, y respaldó la diplomacia de la presidenta ante la tensión bilateral con Estados Unidos. Coincidió en la necesidad de una política migratoria responsable y estratégica, además de pedir unidad nacional para enfrentar las amenazas provenientes del gobierno estadounidense, especialmente las de Donald Trump.
En representación del PRI, Rubén Moreira reclamó falta de estrategia y presupuesto suficiente para proteger a los migrantes mexicanos. Afirmó que las acciones del gobierno son huecas, sin resultados palpables, y exigió recursos extraordinarios para consulados y programas de atención en Estados Unidos. También manifestó preocupación por la persecución de migrantes en ese país y la débil respuesta diplomática mexicana.
Por Movimiento Ciudadano, Laura Ballesteros denunció la grave situación de redadas y violaciones de derechos humanos en Estados Unidos, y advirtió que casi 40 millones de mexicanos y sus descendientes enfrentan una realidad hostil. Exigió una respuesta firme del Congreso de la Unión, alejada de la politiquería, y la reactivación del diálogo multilateral con Washington para proteger a los paisanos ante un posible regreso de Trump al poder.
El ambiente en la Comisión se tornó tenso cuando se desataron acusaciones mutuas de traición a la patria. Gerardo Fernández Noroña, de Morena, acusó a la oposición de actuar como herederos de traidores históricos, mientras que priistas y panistas señalaron al propio Noroña como un «traidor principal» que divide al gobierno. Incluso se mencionó la intención de incrementar impuestos a las remesas, lo que avivó la confrontación. La Comisión Permanente cerró su sesión en medio de reproches y llamados al diálogo, sin acuerdos concretos.