La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, fue acosada este martes por un hombre que logró acercarse, intentar besarla y tocarle el pecho en plena calle, mientras la mandataria saludaba a ciudadanos durante un recorrido en el Centro Histórico de Ciudad de México. El incidente, grabado por asistentes y difundido en redes sociales, generó indignación por la falta de reacción inmediata de su equipo de seguridad y reavivó el debate sobre la vulnerabilidad presidencial y la violencia machista en el país.
La agresión se detuvo solo cuando Juan José Ramírez Mendoza, jefe de la Dirección General de Ayudantía, intervino para separar al sujeto. Este equipo sustituyó al extinto Estado Mayor Presidencial, eliminado en 2018 por el expresidente Andrés Manuel López Obrador con el argumento de reducir costos y confiar la protección de los mandatarios “al pueblo”. El suceso, sin embargo, ha reavivado la discusión sobre si México necesita reforzar la seguridad de sus gobernantes ante un contexto de creciente violencia.
El hecho ocurre en un país donde el acoso a mujeres es cotidiano: el Inegi reporta que 45% de ellas lo ha sufrido en espacios públicos. Activistas y legisladoras subrayaron que lo vivido por Sheinbaum refleja la normalización de este tipo de agresiones y la falta de consecuencias para los responsables. El hombre fue detenido por la Fiscalía de Investigación de Delitos Sexuales, pues el contacto físico no consentido se considera acoso sexual, castigado con hasta cuatro años de prisión en la Ciudad de México.
Organizaciones feministas exigieron que la presidenta utilice el caso para enviar un mensaje claro contra la violencia machista. “Si un hombre hace eso a una presidenta, imaginemos lo que viven millones de mujeres”, señaló la abogada Diana Luz Vázquez. La Secretaría de las Mujeres y el Congreso federal emitieron un comunicado conjunto en el que reconocen que “ninguna mujer está exenta de vivir acoso sexual” y llamaron a no trivializar este tipo de conductas.
El episodio se produce días después del asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, en un evento público, lo que aumenta las preocupaciones sobre la seguridad de los funcionarios. Sheinbaum ha reiterado que no restablecerá el Estado Mayor Presidencial, pero el suceso demuestra que ni siquiera la figura más protegida del país está exenta de la violencia que afecta a millones de mexicanas.
