La polémica en torno a la compra masiva de Roscas de Reyes por parte de la revendedora Ximena Figueroa ha desatado debates en redes sociales y la intervención de Ricardo Salinas Pliego. Ximena, también conocida como Ximena Hilton y excandidata a diputada por el PVEM, adquirió 800 piezas de la tradicional rosca en Costco Guadalajara, dejándolos sin inventario. Posteriormente, transportó su carga en un tráiler para revenderlas en Colima y el sur de Jalisco, acción que recibió fuertes críticas por parte de los usuarios en línea.
El empresario Ricardo Salinas Pliego, conocido por su defensa del libre mercado, respondió en redes sociales al creciente descontento por las acciones de Ximena. Calificó las críticas como “filosofía barata” y defendió el derecho de cada persona a hacer lo que desee con los productos que adquiere. Además, cuestionó a quienes se quejaban por la reventa, sugiriendo que buscaran otras opciones o simplemente no compraran el producto si no podían costearlo.
El precio de la Rosca de Reyes en Costco se sitúa en aproximadamente 380 pesos, pero Ximena estableció un precio de reventa de 550 pesos, e incluso algunos reportes indican que estas piezas han llegado a ofrecerse por hasta 1,000 pesos. Este incremento provocó indignación en redes sociales, donde los usuarios argumentaron que prácticas como estas limitan el acceso de más personas a productos tradicionales en fechas significativas.
En respuesta a la controversia, Ximena Figueroa anunció haber conseguido otras 120 piezas en Costco Puerto Vallarta, destinadas a quienes no alcanzaron en su primera compra. Sin embargo, esta acción continuó alimentando las críticas, que cuestionan tanto la ética detrás de la reventa como la logística de adquirir cantidades que agotan los inventarios locales.
El comentario de Salinas Pliego generó un intenso debate en redes sociales. Mientras algunos usuarios apoyaron su postura, argumentando que el mercado es libre y cada quien tiene derecho a decidir qué hacer con lo que compra, otros lo señalaron por ignorar cómo estas prácticas afectan la accesibilidad de productos básicos para la mayoría de las personas, especialmente en épocas de alta demanda como el Día de Reyes.
