Dirigentes de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE) anunciaron el cierre de su huelga nacional y plantón en el Zócalo, iniciado el 15 de mayo, y afirmaron que “nos vamos, pero regresaremos con más fuerza”. La principal demanda era la abrogación de la Ley del ISSSTE de 2007, que modificó el sistema de pensiones al sustituir las pensiones solidarias por cuentas individuales administradas por las afores.
Durante la conferencia frente a Palacio Nacional, líderes sindicales de Oaxaca, Guerrero, Chiapas, Zacatecas, Michoacán y la Ciudad de México destacaron que no hubo un avance real en la abrogación de la norma y declararon que “se miente cuando se afirma que hay diálogo”, pues consideran que las propuestas oficiales no satisfacen sus exigencias. Reiteraron que su movimiento continuará en los estados a través de brigadas informativas y acciones locales.
Los maestros informaron que en el transcurso de las 24 jornadas lograron avances parciales, como la reducción de la edad de jubilación, un aumento salarial del 10% y la incorporación de complementos a pensiones mediante el programa del Bienestar. Sin embargo, calificaron estas medidas como insuficientes y afirmaron que no van contra “una semana más de vacaciones”, sino “contra el negocio de las afores”.
El magisterio disidente también subrayó que continuarán ejerciendo presión durante los recorridos de la presidenta Claudia Sheinbaum, lo que ya provocó la cancelación de una gira a Guerrero. Las secciones locales informaron que la movilización seguirá mediante activismo y organización comunitaria.
La CNTE hizo un llamado al diálogo, pero advirtió que mientras no se concrete la abrogación completa de la reforma del ISSSTE y se restituya el sistema público de pensiones, insistirán con “acciones de lucha”. Aseguraron que su lucha no termina aquí y que regresarán “el doble o el triple de fuerza”.