El presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo estadounidense, Donald Trump, han manifestado estar dispuestos a dialogar para alcanzar un acuerdo de paz en Ucrania. Sin embargo, el contexto de estas declaraciones está marcado por amenazas de sanciones económicas y desacuerdos sobre las condiciones para poner fin al conflicto, que inició en febrero de 2022 tras la invasión rusa.

Durante su intervención en el Foro Económico Mundial en Davos, Trump expresó su intención de reunirse “inmediatamente” con Putin, subrayando que “cada día que pasa sin que nos reunamos, soldados están muriendo en el campo de batalla”. Además, aseguró que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, también estaría abierto a pactar con Moscú. Sin embargo, el Kremlin desestimó las declaraciones del mandatario estadounidense, especialmente su afirmación de que el conflicto podría terminar si bajan los precios del petróleo, argumentando que la guerra tiene causas más profundas relacionadas con la seguridad nacional de Rusia y las tensiones con Occidente.

Trump, por su parte, no descartó imponer aranceles y sanciones adicionales a Rusia si Putin no accede a sentarse en la mesa de negociaciones. Aunque Trump afirmó que no busca perjudicar a Rusia, advirtió que su economía, ya debilitada, enfrentará mayores retos si no se llega a un acuerdo. En respuesta, representantes rusos señalaron que cualquier negociación deberá abordar las “causas estructurales” de la crisis, incluyendo la negativa de Ucrania a renunciar a su aspiración de unirse a la OTAN, una condición que Rusia considera indispensable para la paz.

Mientras tanto, Ucrania ha mostrado resistencia a una reunión entre Putin y Trump en la que no esté representada. El jefe de la administración presidencial ucraniana, Andrii Yermak, acusó a Putin de intentar decidir el futuro de Ucrania sin su participación, advirtiendo que cualquier negociación debe respetar los intereses y la soberanía del país. Al mismo tiempo, Zelenski ha dejado entrever que estaría dispuesto a dialogar, siempre que reciba garantías de seguridad sólidas por parte de las potencias occidentales.

El conflicto sigue escalando en el este de Ucrania, donde las tropas rusas han avanzado hacia posiciones estratégicas como Pokrovsk. Esto ha generado temores de que Ucrania se vea presionada a realizar concesiones territoriales en un eventual acuerdo. En este complejo escenario, la posibilidad de un encuentro entre Trump y Putin no solo será clave para el futuro de Ucrania, sino también para las relaciones internacionales en un contexto de tensiones crecientes entre las grandes potencias.

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