El presidente de Rusia, Vladímir Putin, elogió los “enérgicos y sinceros” esfuerzos de Estados Unidos para detener la guerra en Ucrania, un día antes de su cumbre con el presidente estadounidense, Donald Trump, en Alaska. En una reunión extraordinaria con su gabinete y altos mandos del Kremlin, Putin afirmó que Washington busca un acuerdo que atienda los intereses de todas las partes involucradas y que cree condiciones de paz duradera, tanto entre ambas naciones como en Europa y el resto del mundo.
El mandatario ruso sugirió que la paz podría lograrse si se alcanzan nuevos entendimientos sobre el control de armas ofensivas estratégicas, en referencia al tratado START III, que limita los arsenales nucleares y expira en 2026. Según Putin, un acuerdo en este ámbito formaría parte de un paquete más amplio que incluya el fin de las hostilidades en Ucrania. El Kremlin confirmó que la reunión con Trump se llevará a cabo el viernes a las 11:30 hora local (19:30 GMT) en una base militar de Alaska.
De acuerdo con medios británicos, Trump planea presentar una propuesta a Putin que incluiría incentivos económicos para favorecer la paz, como acceso a recursos naturales de Alaska, minerales ucranianos de tierras raras y un alivio parcial de sanciones a la industria aeronáutica rusa. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, y otros altos funcionarios trabajan con el presidente para afinar la oferta antes de la cumbre. Ucrania posee un tercio de las reservas de litio de Europa y el 3% de las mundiales, y dos de sus mayores yacimientos se encuentran en territorios controlados por Rusia.
En abril, Kiev y Washington firmaron un acuerdo que otorga a Estados Unidos acceso a los minerales ucranianos, un punto que podría influir en las negociaciones. Moscú, por su parte, ha reclamado estos recursos como propios, lo que añade tensión a un posible arreglo. Putin también ha condicionado cualquier alto el fuego a la cesión de las regiones anexadas en 2022, la entrega de Crimea, la renuncia de Ucrania a la OTAN, la reducción de sus fuerzas armadas y el reconocimiento del ruso como lengua oficial junto al ucraniano.
La posición de Kiev es firme: el presidente Volodímir Zelenski insiste en que un acuerdo solo será posible con garantías sólidas de seguridad que protejan al país de futuras agresiones. Las condiciones rusas han sido calificadas como inaceptables por el gobierno ucraniano, que mantiene el respaldo de varias potencias europeas. Sin embargo, algunos líderes del continente temen que la exclusión de Ucrania y de la Unión Europea de la cumbre pueda derivar en concesiones no deseadas para Kiev.
En Rusia, el optimismo es moderado pero presente. Varios moscovitas consideran que el encuentro podría abrir una vía de compromiso, mientras que en Ucrania predomina el escepticismo. Habitantes de Kiev expresaron que no esperan cambios inmediatos y que las rondas anteriores de diálogo no han producido resultados significativos. Trump, por su parte, ha advertido que habrá “consecuencias muy graves” si Putin no accede a detener su ofensiva, aunque no ha detallado cuáles serían.
En el plano militar, la tensión ha aumentado tras el anuncio de Trump de posicionar dos submarinos nucleares cerca de Rusia, como respuesta a declaraciones “altamente provocativas” del expresidente Dmitri Medvédev. Según el mandatario estadounidense, la medida busca prevenir un posible escalamiento nuclear, aunque el Kremlin no ha emitido comentarios sobre el despliegue.
Tras las conversaciones en Alaska, Putin y Trump ofrecerán una conferencia de prensa conjunta. Se espera que aborden no solo el conflicto ucraniano y el control de armas nucleares, sino también la cooperación económica y comercial entre ambos países. El resultado de la reunión podría redefinir el rumbo de la guerra en Ucrania y marcar un punto de inflexión en las relaciones bilaterales entre Washington y Moscú.