El Senado de México aprobó la Estrategia Nacional de Seguridad impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum, un paso clave para su administración a siete meses de haber iniciado el sexenio. Esta aprobación representa el desbloqueo legislativo de su llamado “plan maestro” contra la delincuencia, que busca fortalecer a las policías, consolidar a la Guardia Nacional y mejorar la inteligencia del Estado.

El plan fue defendido por Omar García Harfuch, titular de la Secretaría de Seguridad, quien planteó que se trata de una estrategia integral basada en inteligencia, investigación y presencia territorial. Incluye también acciones de prevención y programas sociales en zonas con alta incidencia delictiva.

Sin embargo, aunque la aprobación en el Senado representa un avance, todavía quedan pendientes varias leyes secundarias que deberán discutirse en la Cámara de Diputados. Ahí, partidos de oposición como Movimiento Ciudadano han señalado su preocupación por el poder que tendría la Secretaría de Seguridad, lo cual podría centralizar funciones que ahora corresponden a otras dependencias o niveles de gobierno.

El plan de seguridad mantiene varios ejes del gobierno anterior, como el énfasis en programas sociales y la permanencia de militares en tareas de seguridad pública, lo que ha sido criticado por organismos civiles que insisten en el fortalecimiento del ámbito civil.

El debate de las leyes secundarias continuará en un periodo extraordinario del Congreso previsto para el verano. El futuro de este plan dependerá en buena parte del equilibrio entre el control legislativo de Morena y la presión de la oposición y la sociedad civil.

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