Vestidos de blanco y con la consigna de “somos más los buenos”, miles de ciudadanos tomaron las calles de Culiacán para exigir el fin de la violencia que aqueja a la ciudad desde hace más de un año. Convocada por 36 organizaciones civiles, la marcha partió de La Lomita hacia la catedral y reunió a familias con pancartas y fotografías de desaparecidos, bajo un intenso calor que no detuvo a los asistentes. El obispo Jesús Herrera bendijo el recorrido, recordando que “el mal no tiene la última palabra” y que Culiacán merece recuperar la paz.

El ambiente estuvo marcado por la unión de familias completas, niños y adultos que, entre sombrillas y gorras, caminaron para denunciar la ausencia de más de 2 mil 800 desaparecidos y los mil 800 asesinados en la región. Una gran lona con la frase “¡Culichis por la Paz!” encabezó la movilización, mientras se escuchaban consignas que pedían recuperar las calles de la ciudad y acabar con la normalización de la violencia.

La manifestación se convirtió también en un espacio para rendir homenaje a las víctimas. En la catedral, el profesor Víctor Manuel Aispuro recordó a dos de sus alumnos y al padre de familia asesinados en enero, pidiendo no acostumbrarse a vivir entre balas. “Es tiempo de exigir y eso depende de todos”, expresó, acompañado por aplausos de los asistentes que exigieron un compromiso real de las autoridades.

Uno de los momentos más emotivos fue la participación de un niño de 10 años, quien tomó el micrófono para pedir simplemente “salir a jugar sin miedo”. Su demanda, respaldada por el coro de “no estás solo”, sintetizó el sentir de miles de familias que han perdido seres queridos o que viven bajo la amenaza del crimen organizado. La multitud, estimada en más de 50 mil personas según los organizadores, superó ampliamente la registrada en movilizaciones previas.

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La presidenta de Coparmex en Sinaloa, Martha Elena Reyes, subrayó que la sociedad no puede resignarse a vivir bajo amenazas y criticó la inacción gubernamental. Señaló que la violencia ha cambiado la dinámica familiar, obligando a modificar hábitos cotidianos por temor a la inseguridad. “Vivir con miedo no puede ser la nueva normalidad”, afirmó, llamando a las autoridades a actuar con firmeza.

Durante el evento, Reyes también exigió la destitución inmediata del gobernador Rubén Rocha Moya por su falta de resultados ante la crisis de violencia y desaparecidos. Acusó que la indiferencia oficial ha provocado pérdida de empleos, cierre de negocios y un ambiente de desesperanza que ya no puede ser tolerado. “El México bronco está despertando y los ciudadanos ya no piensan estar callados”, advirtió.

La protesta, que incluyó música sinaloense y la presencia de familias buscadoras, se dio en un contexto de recrudecimiento de la violencia en Sinaloa, donde apenas un día antes se registraron seis homicidios dolosos, cinco de ellos en Culiacán. Además, organizaciones como Voces Unidas recordaron que la cifra de desaparecidos supera las que reconoce el gobierno estatal.

Aunque en redes sociales circularon mensajes que intentaron desincentivar la movilización acusándola de tener fines políticos, la masiva asistencia mostró el hartazgo ciudadano. Madres buscadoras anunciaron que el próximo 9 de septiembre, en el aniversario del conflicto, colocarán cerca de 3 mil velas en la explanada del Palacio de Gobierno, una por cada persona desaparecida, como recordatorio de que la paz aún es una deuda pendiente.

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