La relación entre México y Estados Unidos ha entrado en una fase de tensión sin precedentes tras la imposición de un arancel del 25% a las importaciones mexicanas por parte de la administración de Donald Trump. En respuesta, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció la implementación de “medidas arancelarias y no arancelarias” en defensa de los intereses nacionales. “Nada por la fuerza; todo por la razón y el derecho”, afirmó la mandataria, subrayando que su gobierno no cederá ante presiones comerciales ni aceptará acusaciones infundadas sobre presuntos vínculos con el crimen organizado.
Sheinbaum rechazó categóricamente las declaraciones de la Casa Blanca, que justificó los aranceles argumentando una “alianza intolerable” entre los cárteles de la droga y el gobierno mexicano. “Si hay alguna alianza, es en las armerías de Estados Unidos, que venden armas de alto poder a estos grupos criminales”, respondió la presidenta, recordando que el flujo de armamento desde el país vecino ha sido un factor clave en la violencia en México. Además, insistió en que el problema del fentanilo es una crisis de salud pública en EE.UU. que debe ser abordada desde su propio territorio.
El gobierno mexicano detalló que en los últimos cuatro meses se han incautado más de 90 toneladas de drogas, incluyendo el mayor decomiso de fentanilo en la historia del país, y se ha detenido a más de 10.000 personas. Sin embargo, estos datos no fueron suficientes para detener la ofensiva de Trump, quien también declaró una “emergencia nacional” en la frontera, endureció medidas migratorias y anunció la designación de los cárteles como organizaciones terroristas. La combinación de estas acciones ha elevado la incertidumbre sobre el futuro de la relación bilateral y la renegociación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC).
A pesar de las tensiones, Sheinbaum reiteró su disposición a mantener el diálogo y propuso al gobierno estadounidense establecer una mesa de trabajo conjunta con especialistas en seguridad y salud pública. “México no quiere confrontación, sino colaboración entre países vecinos”, enfatizó, dejando claro que su administración busca resolver los problemas a través de la diplomacia. No obstante, advirtió que su país está preparado para afrontar las consecuencias económicas de la disputa y que no aceptará injerencias en su soberanía.
El impacto de los nuevos aranceles en la economía de Estados Unidos podría superar los 10.000 millones de dólares, según estimaciones mexicanas, lo que ha generado preocupación en sectores empresariales de ambos países. Mientras tanto, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, anunció que buscará contacto con Sheinbaum en los próximos días para coordinar una respuesta conjunta frente a las medidas proteccionistas de Trump.
México enfrenta ahora el mayor desafío diplomático y comercial de la administración de Sheinbaum, quien asumió la presidencia el 1 de octubre. Con su postura firme, la mandataria busca equilibrar la defensa de los intereses nacionales con la necesidad de mantener la estabilidad económica y política con su principal socio comercial. Sin embargo, la incertidumbre persiste en una relación que parece haber entrado en una etapa de abierta confrontación.