El gobierno de México evalúa la posibilidad de imponer aranceles a productos chinos como parte de un acuerdo con Estados Unidos. La medida surge en medio de la presión de Washington para reducir la presencia de bienes asiáticos en el mercado norteamericano y fortalecer las cadenas de suministro regionales.
El canciller Marcelo Ebrard sostuvo reuniones con funcionarios estadounidenses para discutir la estrategia comercial y su impacto en la economía mexicana. Aunque aún no se han definido los detalles, la Secretaría de Economía ha comenzado a estudiar posibles ajustes en las tarifas de importación.
China es uno de los principales socios comerciales de México, con un volumen de comercio que supera los 100,000 millones de dólares anuales. Un ajuste en los aranceles podría afectar tanto a importadores como a consumidores, generando aumentos en el costo de productos electrónicos, maquinaria y otros bienes manufacturados.
Expertos en comercio internacional advierten que la decisión podría generar represalias por parte de China, lo que afectaría a las exportaciones mexicanas. Sin embargo, el gobierno busca equilibrar la relación con Estados Unidos, su principal socio comercial bajo el T-MEC.
Washington ha insistido en que México adopte medidas para reducir la entrada de productos chinos a la región. La administración de Joe Biden ha argumentado que el exceso de importaciones asiáticas impacta negativamente en la industria manufacturera de América del Norte.
Empresarios y sectores industriales han manifestado su preocupación por los efectos que un aumento en los aranceles podría tener en la competitividad de México. La Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) ha solicitado un análisis detallado para evitar impactos negativos en la producción nacional.
Mientras tanto, el gobierno mexicano mantiene consultas con sus socios comerciales y evalúa posibles ajustes en su política arancelaria. Se espera que en las próximas semanas se anuncien medidas concretas sobre el tema.
El desenlace de esta negociación será clave para la relación comercial de México con las dos potencias económicas. Un mal manejo de la situación podría generar tensiones diplomáticas y afectar el crecimiento económico en el corto plazo.