Un operativo de emergencia realizado en la colonia Guerrero, en la alcaldía Cuauhtémoc, evitó lo que pudo ser una tragedia de grandes dimensiones. Cerca de 800 menores de edad fueron evacuados de una fiesta clandestina organizada en un salón sin permisos ni medidas mínimas de seguridad. El evento fue desarticulado por elementos de Protección Civil y la Policía Auxiliar Orión tras recibir múltiples denuncias vecinales. La alcaldesa Alessandra Rojo de la Vega aseguró que se trató de una acción urgente dentro del programa “Blindar Cuauhtémoc”, con el que se busca prevenir riesgos para la población, en especial para las juventudes.
Los hechos ocurrieron el viernes por la noche en el inmueble conocido como ‘Unión y Concordia’, ubicado en Magnolia 174, donde las autoridades encontraron a varios jóvenes inconscientes en la vía pública, presuntamente por consumo excesivo de alcohol. Cinco de ellos, entre ellos una joven de 16 años, fueron atendidos por intoxicación etílica; una requirió hospitalización. En su actualización del sábado por la mañana, la alcaldesa calificó la escena como “aterradora”, revelando que dentro del salón se encontraron ataúdes usados como hieleras, extintores vencidos desde 1999 y ninguna ruta de evacuación habilitada.



La Secretaría de Seguridad Ciudadana confirmó que la fiesta se desarrollaba de forma ilegal y sin ningún tipo de autorización. Policías y personal de Protección Civil desalojaron a aproximadamente mil jóvenes y detuvieron a Antonio “N”, de 51 años, quien se presentó como dueño del inmueble. Este fue puesto a disposición del Ministerio Público, que determinará su situación jurídica. Según los reportes, la rápida actuación de los cuerpos de emergencia logró evitar consecuencias fatales entre los asistentes.
Vecinos de la zona denunciaron que el predio se había convertido en un punto frecuente para eventos clandestinos, pese a que anteriormente albergaba celebraciones familiares como bodas o quinceañeras. Tras la pandemia de covid-19, el uso del inmueble cambió de manera drástica. Aunque todavía se promocionaba como un lugar seguro y confiable, en la práctica operaba sin permisos ni condiciones adecuadas. En el exterior del salón aún cuelga una lona que ofrece paquetes para eventos con “máxima seguridad y confianza”.

De acuerdo con cronistas de la Ciudad de México, la colonia Guerrero es una de las más antiguas de la capital y el salón ‘Unión y Concordia’ uno de los primeros en su tipo. Fundado en 1874 como parte de una sociedad mutualista, el inmueble representa un espacio con historia y tradición, ahora empañado por el descuido, la negligencia y la explotación ilegal para actividades de riesgo. La Fiscalía General de Justicia colocó sellos de aseguramiento y abrió una carpeta de investigación por el delito de corrupción de menores.
La alcaldía Cuauhtémoc reiteró su política de cero tolerancia frente a eventos clandestinos que comprometan la integridad de los jóvenes. “Aquí no se juega con la vida de nadie”, recalcó Rojo de la Vega en redes sociales. Además de este operativo, se prevé una revisión exhaustiva de otros inmuebles similares en la demarcación, especialmente aquellos que han sido señalados por los vecinos como puntos recurrentes de actividades nocturnas no reguladas. La intervención ha sido presentada por las autoridades como un ejemplo de respuesta efectiva ante el descontrol que persiste en algunos espacios de entretenimiento juvenil.