La presidenta Claudia Sheinbaum celebró sus primeros 100 días de gobierno con un evento en el Zócalo de la Ciudad de México, resaltando los logros iniciales de su administración. Entre los temas principales estuvieron la disminución de los índices delictivos, el avance en programas sociales, y una agenda reformista que marca el rumbo de su mandato. Con una aprobación ciudadana cercana al 80%, Sheinbaum enfrenta retos internos y externos, mientras busca consolidar su liderazgo con «continuidad y sello propio».
En materia de seguridad, el gobierno reportó una reducción del 16.3% en homicidios dolosos entre septiembre y diciembre de 2024. Otros delitos de alto impacto, como feminicidios y robos con violencia, también mostraron descensos significativos, respaldados por operativos como el «Enjambre», que desarticuló redes criminales vinculadas al narcotráfico y corrupción política. Omar García Harfuch, figura clave en esta estrategia, lideró acciones que incluyeron la captura de 30 generadores de violencia y decomisos históricos, como el de una tonelada de fentanilo en Sinaloa.
En el ámbito social, Sheinbaum destacó el inicio de programas como la Beca Rita Cetina y las tarjetas de Pensión Mujeres Bienestar. Su enfoque busca reforzar las bases de la justicia social, eje central del proyecto de la Cuarta Transformación. Estas políticas, alineadas con el obradorismo, son la base de su estabilidad gubernamental, aunque persisten críticas por la centralización del poder y la falta de atención a derechos humanos.
En política exterior, Sheinbaum mostró firmeza frente a Donald Trump, quien asumirá la presidencia de Estados Unidos en los próximos días. La mandataria ha mantenido una postura crítica ante las amenazas comerciales del republicano, buscando defender la soberanía nacional mientras estrecha lazos con sectores empresariales clave. Este equilibrio entre diplomacia y confrontación refuerza su imagen de liderazgo.
La administración Sheinbaum también ha avanzado en la aprobación de 16 reformas constitucionales, abarcando temas como igualdad de género, seguridad pública y ajustes al Poder Judicial. Aunque estas medidas consolidan su proyecto, también intensifican las tensiones con la oposición y sectores críticos. La presidenta enfrenta el desafío de mantener el apoyo popular mientras construye una base social propia que le permita mayor independencia en sus decisiones.
Con una combinación de continuidad y cambios estratégicos, Claudia Sheinbaum ha dado los primeros pasos para afianzar su mandato y definir su legado. Sin embargo, los próximos meses serán cruciales para evaluar si puede superar los desafíos de gobernabilidad y consolidar su visión de transformación.