La exposición «La venida del señor» inaugurada en la Academia de San Carlos, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, ha encendido una intensa polémica social y cultural. La muestra, que estará abierta al público hasta el 7 de marzo de 2025, reúne nueve grandes piezas al óleo del artista chiapaneco Fabián Cháirez, y ha sido recibida con reacciones encontradas desde su inauguración el 5 de febrero.
Las obras exhibidas fusionan temáticas religiosas con imágenes de carácter erótico, provocando interpretaciones de doble sentido. En una de las piezas, se observa a dos sacerdotes abrazando un cirio del cual escurre cera, lo que algunos interpretan como una alusión a un acto sexual. Otras pinturas muestran a monjas en poses sugerentes y a un monaguillo ante un sacerdote, elementos que han resultado ofensivos para un sector considerable de la población, principalmente entre creyentes y católicos.
La exposición ha generado un debate acalorado en redes sociales, donde numerosos usuarios han exigido la cancelación de la muestra y han criticado duramente a la UNAM por permitir su exhibición. Figuras ultraconservadoras y políticos como Lilly Téllez y Luis Felipe Calderón Zavala han calificado la muestra de «blasfema» y «aberrante», acusándola de faltar al respeto a los valores religiosos y culturales de la sociedad mexicana.
En respuesta a estas críticas, se ha abierto un intenso debate sobre la libertad de expresión y la función del arte como forma de cuestionar y replantear normas sociales. Mientras algunos sectores rechazan la obra por considerarla ofensiva, otros defienden que el arte es inherentemente subjetivo y que expresiones provocadoras forman parte de la diversidad cultural y creativa de México.
Fabián Cháirez, reconocido por su estilo provocador y su compromiso con la visibilización de la diversidad sexual y de género, ha explicado que «La venida del señor» busca establecer un paralelismo entre el éxtasis religioso y el sexual. Según el artista, su obra invita a reflexionar sobre el deseo y la espiritualidad, retando las convenciones establecidas sin buscar ofender de forma intencional.
Este no es el primer caso polémico que ha generado el trabajo de Cháirez; en 2019 ya enfrentó fuertes críticas por su exposición en el Palacio de Bellas Artes, donde representó a Emiliano Zapata en un contexto provocador que desató reacciones de odio y demandas judiciales. Su trayectoria ha estado marcada por la constante confrontación de los límites entre lo aceptable y lo transgresor en el arte contemporáneo mexicano.
La exposición «La venida del señor» se convierte en un escenario de discusión sobre la libertad de expresión y el respeto a las creencias religiosas, evidenciando la tensión entre la innovación artística y los valores tradicionales. Mientras críticos y defensores se enfrentan en redes y en espacios públicos, el caso pone en relieve la importancia de un diálogo abierto que permita la coexistencia de diversas perspectivas culturales y artísticas en un país plural.