Había una vez, un país en el que se celebraron elecciones para renovar a los representantes populares. Ese día, todo transcurrió con normalidad. Se instalaron las casillas, hubo representantes de todas las corrientes políticas, y comenzó la jornada. Desafortunadamente, una lluvia intensa inhibió la participación, así que en ninguna casilla se veían filas. Al cerrar la votación, iniciaron los conteos para declarar un ganador. El nivel de participación fue tan bajo, que quienes ganaron su elección dijeron que, por vergüenza, no podían declararse ganadores.
El gobierno estaba tan consternado por la baja participación, que decidió anular los comicios y convocar nuevamente a elecciones. Se revisó que el clima fuera favorable, se intensificó la propaganda para que la gente supiera que la elección se repetiría.
En el segundo conteo, se observó una participación mayor que la primera vez. Lo raro, era que los votos venían en blanco, o en el mejor de los casos con una mentada de madre para todos los candidatos.
Preocupados por este gesto que podía socavar la esencia de la democracia, las autoridades llegan a la conclusión de que se trata de una conspiración. Hay que encontrar a los responsables y eliminarlos. Así, se decreta un estado de excepción y una operación policiaca y militar sin precedente. Hasta que “dan con los culpables”.
El gobierno nunca entendió que la baja participación, el voto nulo, y las mentadas de madre, eran una manera de que la gente les dijera: ¡No nos importa este asunto!
Esta fascinante historia, que lleva por título Ensayo sobre la lucidez (Saramago, 2004) pareciera que fue inspirada en el desarrollo que tendrá la elección judicial del 01 de junio, pues de acuerdo con el mismo INE, el pronóstico de participación para esta jornada, es de entre 8% y 15%.
Más allá de que el conteo será a puerta cerrada y que tendrá una duración aproximada de 15 días, el 02 de junio que despertemos y veamos el ridículo de participación nos preguntaremos: ¿quién es el responsable de este fiasco? ¿qué oscuros intereses (o privilegios) ocultan como para haber hecho una elección con tan baja participación? ¿cómo haremos que paguen los responsables de este desastre? Una buena idea sería decretar su desaparición, por ineficientes.
Cualquier parecido con la realidad, es mera coincidencia.
Malos días para la fe y las ideas.
Qué mala racha atraviesan la fe y las ideas, pues en el transcurso de estas vacaciones de semana santa, fallecieron Mario Vargas Llosa (el 13 de abril de 2025), en su país de origen, Perú; y Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco, el 21 de abril de 2025. Ambos, defensores de las mejores causas. Sin duda los vamos a echar de menos.