No va a pasar. Finalmente, luego de algunos días de intriga política, ayer por la tarde la vicecoordinadora del grupo parlamentario de Morena, Gabriela Jiménez informó en conferencia de prensa que …“después de un análisis político profundo, sabemos que si modificamos el dictamen, regresará al Senado y que en el Senado no contamos con los votos y números suficientes para que pueda hacerse realidad el cambio, por eso yo les voy a decir, y le digo a la Presidenta Claudia Sheinbaum que la apoyamos, que la respaldamos y que también felicitamos a la Presidenta de Morena Luisa María Alcalde porque vamos a modificar los estatutos de nuestro partido para que no pueda haber ningún familiar como candidato a partir del 2027 y a partir de las próximas elecciones”…
Ahora sí, podemos afirmar que, a Félix Salgado, Saúl Monreal y Ruth González Silva les salió bien la apuesta. Lo más probable es que serán candidatos al gobierno de sus respectivos estados en 2027 (Guerrero, Zacatecas y San Luis Potosí respectivamente). Y esto, solo por citar los casos más escandalosos, pero el nepotismo ya se volvió una practica ampliamente extendida en todas las regiones del país. Aunque nunca con tanto cinismo.
Sí, está mal, se ve mal, la ley no lo prohíbe (aún), pero lo haremos “porque el pueblo así lo pide”, es la cantaleta que esgrimen en coro. El término (“El pueblo”) comenzó a pervertirse y a desgastarse desde inicios del sexenio pasado en 2018, como una manera de decir: será lo que yo digo y punto, o como una manera de trasladarle la responsabilidad de decisiones personales muy personales a “todomundo” o sea, a nadie.
¿Qué haríamos los mexicanos si no tuviéramos una clase política tan acomedida? Que tiene que contradecir los estatutos de su propio partido y aplazar la entrada en vigor de una reforma a la constitución, todo para servirnos.
Nota 1: Comienza a haber humo blanco para las candidaturas de Morena, aunque -en general- había un escenario previsible, no deja de haber algunas sorpresas, como la de Emiliano Zapata.
Nota 2: Que siempre sí, ¡Ahí vienen los aranceles!