El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informó que la inflación en México cerró 2024 en su nivel más bajo de los últimos cuatro años, ubicándose en un 3.6%. Este dato representa un avance significativo en el combate a los efectos inflacionarios que afectaron al país durante los años previos, especialmente en el contexto de la pandemia y la crisis económica global.
Uno de los puntos destacados del informe es la estabilidad alcanzada en los precios de la canasta básica, que registraron incrementos mínimos en comparación con años anteriores. Productos esenciales como tortillas, frijol y huevo mostraron variaciones moderadas, lo que benefició a millones de familias mexicanas. Este comportamiento, según analistas, fue posible gracias a estrategias gubernamentales como los subsidios en energéticos y programas de apoyo a la producción agrícola.
El gobernador del Banco de México destacó que las políticas monetarias, incluidas las tasas de interés restrictivas, han sido clave para contener la inflación. Sin embargo, expertos advierten que persisten riesgos, como la volatilidad en los precios internacionales de alimentos y combustibles, así como los efectos del cambio climático en las cosechas nacionales.
Por otro lado, sectores de la población y organizaciones sociales señalaron que, si bien la inflación general ha disminuido, la percepción de estabilidad económica no es uniforme. En zonas rurales y entre familias de menores ingresos, el impacto de los precios sigue siendo significativo, especialmente en productos no incluidos en las políticas de contención.
Para 2025, las autoridades económicas prevén un crecimiento económico moderado que podría consolidar esta tendencia a la baja en la inflación. Sin embargo, enfatizan la importancia de mantener políticas sólidas y responder a factores externos que puedan alterar el panorama económico del país.