Un grupo de activistas, conocido como Guerreros Buscadores de Jalisco, realizó un impactante descubrimiento en el municipio de Teuchitlán, al oeste de Guadalajara. Durante una transmisión en vivo, los integrantes del colectivo mostraron un rancho en la localidad de La Estanzuela, donde encontraron al menos tres hornos clandestinos que se usaban para realizar cremaciones ilegales. Según los activistas, en los hornos se hallaron decenas de prendas de ropa y objetos personales pertenecientes a las presuntas víctimas, lo que sugiere un uso macabro y oculto del lugar.
El hallazgo, que inicialmente fue reportado en septiembre del año pasado, reveló que el predio había sido asegurado por las autoridades, pero recientemente volvió a ser visitado por el colectivo. Durante la transmisión, los activistas mostraron imágenes de los hornos en funcionamiento y de los restos dispersos en el piso del rancho, evidenciando que se realizaban cremaciones de manera clandestina. En el video se pudo apreciar que los hornos contenían no solo restos de prendas, sino también indicios de que pudieron haberse incinerado restos humanos, aunque aún se espera el dictamen oficial de la Fiscalía.
Posteriormente, la Fiscalía General del Estado de Jalisco informó sobre la identificación de restos óseos calcinados en el mismo predio, hallados bajo una capa de tierra y una losa de ladrillo. Este descubrimiento se realizó en el rancho Izaguirre, donde, además, se encontraron 96 casquillos, tres cargadores y otros elementos que podrían vincular el lugar a actividades del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). La investigación, coordinada por la Vicefiscalía en Personas Desaparecidas, continúa en el predio, el cual ha sido vinculado a un centro de adiestramiento y confinamiento utilizado por grupos criminales en la región.






En un segundo operativo, se reportó el hallazgo de un galerón donde se encontraron alrededor de 400 pares de zapatos, montañas de ropa y maletas. Este descubrimiento, realizado por el mismo colectivo, sugiere que el rancho pudo haber sido utilizado para ocultar pertenencias de numerosas víctimas, incrementando las sospechas sobre la magnitud de los crímenes cometidos en el lugar. La presencia de un altar con imágenes de la Santa Muerte y veladoras a medio consumir añadió un componente simbólico y perturbador a la escena, evidenciando la mezcla de ritos y prácticas delictivas.
El predio, ubicado a poco más de una hora de la zona metropolitana de Guadalajara, se extiende por aproximadamente 50 x 100 metros y se encuentra entre parcelas agrícolas y caminos de terracería. Las paredes del rancho aún muestran orificios de impactos de armas de fuego, reminiscencias de un pasado violento, y se sabe que en septiembre de 2024 se llevó a cabo un operativo en el que se arrestaron a 10 personas y se encontró el cuerpo de otra, aunque sin concluir el procesamiento total del área por su gran extensión. La magnitud del lugar y la cantidad de hectáreas involucradas han complicado la labor de las autoridades.
Elementos de la Policía Municipal de Teuchitlán resguardaron el predio desde temprano, y casi al mediodía llegaron personal de la Fiscalía Estatal y del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses para dar continuidad a las investigaciones. Este operativo, llevado a cabo con la colaboración de distintos organismos, busca recabar más evidencias y determinar la magnitud exacta de las cremaciones clandestinas, así como la posible vinculación del rancho con actividades criminales y de desapariciones en la región.