El Gobierno de México concretó la colocación internacional de deuda por 12 mil millones de dólares, con el objetivo de fortalecer financieramente a Petróleos Mexicanos (Pemex), la empresa petrolera más endeudada del mundo. La operación se realizó mediante la emisión de Notas Estructuradas Precapitalizadas, con vencimiento en 2030, a través del vehículo Eagle Funding LuxCo. Se trata de la segunda emisión más grande en la historia en un solo tramo, y los recursos se canalizarán hacia el pago de amortizaciones e intereses de deuda de Pemex en 2025 y 2026.
Durante la colocación, Hacienda reportó una demanda total de 23 mil 400 millones de dólares por parte de 295 inversionistas institucionales a nivel global, lo que casi duplicó el monto finalmente adjudicado. Este interés permitió mejorar las condiciones financieras, al reducir el diferencial respecto a los bonos del Tesoro estadounidense de 200 a 170 puntos base, fijando una tasa cupón anual de 5.5%. La dependencia afirmó que esta respuesta del mercado refleja confianza en la estabilidad macroeconómica de México.
La emisión se realiza mediante un esquema que da liquidez a Pemex sin que la deuda aparezca inmediatamente en sus balances, pero sí se incluirá en el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público. Con ello, impactará el indicador más amplio de la deuda pública del país, que ya registró un incremento del 8.6% anual en mayo y se ubica en más de 17 billones 600 mil millones de pesos.

El momento es crucial para Pemex, que recientemente reportó utilidades trimestrales y una ligera reducción de su deuda total, que pasó de 101 mil a 98 mil 800 millones de dólares. Este jueves, la presidenta Claudia Sheinbaum dará a conocer su plan integral de rescate para la paraestatal, con una visión más flexible y abierta a la inversión privada, algo que ya se refleja en al menos 11 proyectos mixtos con participación de 28 empresas interesadas.
Aunque el gobierno anterior destinó más de un billón de pesos a Pemex, no logró revertir su crisis financiera ni operativa. La nueva administración pretende elevar la producción petrolera de 1.6 a 1.8 millones de barriles diarios, mientras enfrenta presiones de corto plazo como una deuda inmediata superior a 5 mil millones de dólares y pagos pendientes a proveedores por casi 23 mil millones.
Con esta estrategia, el gobierno de Sheinbaum busca combinar disciplina fiscal con apoyo estratégico a las empresas productivas del Estado. La emisión representa un esfuerzo por optimizar el balance público, generar certidumbre en los mercados y dar mayor margen de maniobra a Pemex, sin dejar de reconocer que el pasivo se integrará al cómputo oficial de la deuda nacional.