El gobierno de Estados Unidos desplegó el destructor USS Gravely, equipado con misiles guiados clase Arleigh Burke, en el Golfo de México con el objetivo de reforzar la seguridad fronteriza y combatir el crimen transnacional. La nave, que ya ha participado en operaciones militares como los ataques contra los rebeldes hutíes en Yemen, zarpó el 15 de marzo desde la Estación de Armas Navales de Yorktown, Virginia, según confirmó el Comando Norte de Estados Unidos.
De acuerdo con el general Alexus G. Grynkewich, director de operaciones del Estado Mayor Conjunto del Pentágono, el Gravely participará en misiones de intercepción de drogas y otras actividades ilícitas dirigidas a Estados Unidos. El despliegue responde a las órdenes ejecutivas del presidente Donald Trump para restaurar la seguridad en la frontera sur y fortalecer la colaboración entre agencias gubernamentales en el combate a amenazas como el terrorismo marítimo, la proliferación de armas y la migración ilegal.
El general Gregory Guillot, titular del Comando Norte, explicó que el USS Gravely operará en el área de responsabilidad del Comando Marte, en aguas estadounidenses e internacionales. Además, destacó que la capacidad de navegación del destructor mejorará la protección de la soberanía estadounidense, asegurando una respuesta efectiva contra organizaciones criminales que utilizan rutas marítimas para el tráfico de drogas y personas.


El destructor USS Gravely es una de las embarcaciones más avanzadas de la Marina de Estados Unidos. Fue autorizado en 2002, comenzó operaciones en 2009 y entró en servicio en 2010 bajo el mando del comandante Douglas Kunzman. Cuenta con un arsenal que incluye misiles Tomahawk, torpedos MK-46 y un sistema de defensa antiaérea avanzado, además de una tripulación de 329 personas. También tiene capacidad para operar con helicópteros LAMPS MK III MH-60 B/R, lo que amplía su alcance operativo.
Este despliegue es parte de una estrategia de Estados Unidos para reforzar la seguridad en su frontera sur, combinando esfuerzos terrestres y marítimos. Funcionarios del Pentágono han subrayado la importancia de asegurar no solo el territorio fronterizo, sino también las rutas marítimas utilizadas por grupos criminales. La decisión de enviar un buque de guerra de esta capacidad ha generado debate, pues algunos sectores consideran la medida como un mensaje de endurecimiento en las políticas migratorias.
El almirante Daryl Caudle, comandante del Comando Norte de las Fuerzas Navales estadounidenses, calificó el despliegue del Gravely como “una mejora vital en el marco de seguridad fronteriza de la nación”. La misión del destructor se suma a otras acciones emprendidas por el gobierno de Trump para frenar el flujo migratorio y combatir el crimen transnacional, reforzando la militarización de la frontera con México.