El gobierno de Estados Unidos ha reforzado su presencia militar en la frontera sur con el despliegue del destructor USS Spruance (DDG-111), que se suma al USS Gravely, enviado la semana pasada al Golfo de México. El Comando Norte informó que esta medida busca apoyar las operaciones del Departamento de Seguridad Nacional y de la Guardia Costera, en un esfuerzo por combatir el tráfico ilícito y fortalecer la seguridad fronteriza.
El USS Spruance, un destructor de misiles guiados clase Arleigh Burke, partió de la Base Naval de San Diego y operará en el océano Pacífico, frente a la costa oeste de Estados Unidos. Su presencia responde a la misión de restaurar la integridad territorial en la frontera sur, mediante la interdicción marítima y el combate al crimen transnacional. Para ello, contará con un destacamento de la Guardia Costera especializado en la aplicación de la ley.
Este buque ha participado en misiones de defensa en el Medio Oriente, donde fue clave en la protección de rutas comerciales y en la lucha contra ataques hutíes en el Mar Rojo. Sus capacidades incluyen la detección y eliminación de amenazas aéreas, navales y submarinas, además de contar con armamento avanzado como misiles Tomahawk y torpedos.
El general Gregory Guillot, comandante del Comando Norte, destacó que el despliegue simultáneo del Spruance y el Gravely demuestra la determinación del Departamento de Defensa para garantizar el control de la frontera. Además, indicó que esta acción refuerza la colaboración entre agencias para enfrentar amenazas como el narcotráfico, el terrorismo y la migración ilegal por vía marítima.
El gobierno mexicano ha seguido de cerca estos movimientos. La presidenta Claudia Sheinbaum aclaró que el USS Gravely se encuentra en aguas internacionales y que su despliegue fue informado previamente por Washington. No obstante, el aumento de la presencia militar estadounidense en la región ha generado inquietud sobre sus implicaciones para la relación bilateral.
El USS Spruance, nombrado en honor al almirante Raymond A. Spruance, es un buque diseñado para operar en diversas misiones de combate y vigilancia. Su tripulación de 350 personas está entrenada para llevar a cabo interdicciones marítimas y garantizar la seguridad de las aguas donde opera. Con este despliegue, Estados Unidos busca ampliar su capacidad de respuesta ante amenazas en la región.
Este movimiento militar refleja la creciente prioridad que la administración estadounidense ha dado a la seguridad fronteriza, utilizando recursos de la Armada en una zona donde tradicionalmente han operado agencias civiles como la Guardia Costera y la Patrulla Fronteriza. El impacto de esta estrategia aún está por verse, pero subraya la importancia que Washington otorga al control de su frontera sur.