Un error que se comete desde la grada, es pensar que algunas cosas se escriben en piedra. Que una vez consumadas, no hay forma de que cambien. Cosas como la cancelación del aeropuerto, como la reforma judicial, la distribución real del poder en la sucesión presidencial o la correlación de fuerzas al interior de la coalición gobernante.
Se pensó que al “ponerle cuñas del mismo palo” a Claudia Sheinbaum, podría gobernar sin problema, pero sin tentaciones emancipadoras. Un par de coordinadores parlamentarios que la ven como adversaria y que no la obedecen, pero al partido sí. Un experimentado Marcelo Ebrard, para la relación con Estados Unidos, y la recompensa del bufón, la presidencia de la mesa directiva del Senado de la República. Así como una larga lista de colaboradores cuya lealtad está abiertamente con el expresidente López Obrador.
Otro de los límites que le fueron impuestos, es el liderazgo real dentro del Partido, ese le fue heredado ni más ni menos que a Andy López Beltrán. De esta forma, quien tuviera alguna ambición electoral futura, debería su lealtad al partido y no a la presidenta.
Todo esto se ha comentado ya, aquí y en muchos espacios. Los defensores a ultranza de la 4T dicen que son intrigas palaciegas las de querer confrontar a CSP y a AMLO. Pero hacer este ejercicio con objetividad, nos permitirá ver de qué se trató el sexenio de CSP.
El último eslabón de la cadena de límites que le fueron impuestos a Claudia, fueron unas Fuerzas Armadas empoderadas, politizadas e involucradas en una serie de negocios con enormes márgenes para la corrupción. Al tiempo que se involucraba al Ejército, Marina y Guardia Nacional en actividades económicas de esta naturaleza, se desmantelaban los métodos institucionales de control y vigilancia de los recursos.
Se pensaba hasta hace poco, las Fuerzas Armadas se empoderaron con López Obrador y ahora administran una serie de cosas que difícilmente querrían soltar de mutuo propio, puertos, aeropuertos, aduanas, el tren maya, entre muchas otras cosas. Esto, en detrimento del poder de la Presidenta y Comandanta Suprema.
Sin embargo, el escándalo de la red de huachicol fiscal y la presión de Estados Unidos pueden ser la oportunidad de CSP de realinear fuerzas al interior del Ejército y la Marina. Desde luego que no se espera una ruptura, ni un pleito, o si quiera una declaración pública, pero intramuros, CSP tiene frente a sí, una oportunidad, quizá única para reorientar las lealtades de la cúpula militar hacia ella. En el mismo tintero está el destino de Adán Augusto López, Coordinador del grupo parlamentario de Morena en el Senado, cuyo destino se definirá una vez que ejecuten la orden de aprehensión en contra de su ex secretario de seguridad, Hernán Bermúdez, líder del cártel de la barredora en Tabasco.
La coyuntura buscó un Maximato, pero la realidad nos vino a recordar que, en la Silla del Águila, no caben dos. Que ironías de la vida, que sea justamente “Masiosare el extraño enemigo” el que abra esta oportunidad de emancipación a Claudia Sheinbaum.
LA ILEGITIMIDAD LO PERSIGUE
Ayer durante un evento público -controlado bajo un fuerte dispositivo de seguridad-, el usurpador de la rectoría Martín Aguilar, dijo que las acciones Y OPINIONES de los ex rectores ya “van más allá de la libertad de expresión” ¿Esto se debe considerar como algún tipo de advertencia?
Independientemente de las disputas de poder por el control de la rectoría, lo cual es natural y hasta saludable, lo cierto es que si Martín Aguilar logra su pretensión de agandalle, lo perseguirá durante el resto de su trayectoria una nube gris de ilegitimidad por la forma en que llegó.