El cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco comenzará oficialmente el próximo 7 de mayo, según anunciaron este lunes las autoridades del Vaticano. La Capilla Sixtina, donde se llevará a cabo el proceso de votación secreta, fue cerrada al público para realizar los preparativos necesarios. Los 135 cardenales menores de 80 años que tienen derecho a voto se reunirán en Roma para escoger al nuevo líder espiritual de los 1,400 millones de católicos en el mundo.
Antes del inicio del cónclave, los cardenales participarán en una misa solemne en la Basílica de San Pedro, en un acto que marcará el comienzo formal del proceso. La mayoría de los electores, alrededor del 80%, fueron nombrados por el propio Francisco, aunque muchos de ellos no se conocen personalmente debido a la diversidad de sus lugares de origen, que abarcan más de 70 países. Esta situación complica la formación de alianzas rápidas para la votación.
La reciente muerte del papa Francisco ha dejado una huella profunda en la Iglesia. Muchos fieles y purpurados expresan su deseo de que el nuevo pontífice mantenga la apertura y las reformas que impulsó el argentino, incluyendo la lucha contra los abusos sexuales, el mayor protagonismo de mujeres y laicos, y la defensa de migrantes y pobres. “Queremos a alguien que siga la línea de Francisco, aunque con su propio carisma”, comentó el cardenal argentino Ángel Sixto Rossi.
El cónclave, un proceso rodeado de misticismo y tradición, ha ganado aún más atención tras la popularidad de la película «Cónclave» de Edward Berger, ganadora del Óscar a mejor guion adaptado en marzo. Aunque la película dramatiza las tensiones internas, los expertos advierten que las divisiones reales dentro de la Iglesia podrían influir en la duración de la elección. “Necesitamos unidad, no más divisiones”, advirtió el cardenal de Malí, Jean Zerbo.
Respecto a las expectativas, el cardenal alemán Reinhard Marx cree que la elección no debería alargarse muchos días, aunque otros como el profesor Roberto Regoli opinan que las actuales polarizaciones dentro de la Iglesia podrían dificultar un consenso rápido. Además, un tema a resolver será la participación o no de Angelo Becciu, implicado en un escándalo financiero, cuya presencia genera controversias entre los electores.
Entre los posibles candidatos a suceder a Francisco, destaca el nombre del cardenal italiano Pietro Parolin, quien fue Secretario de Estado del Vaticano. También suenan con fuerza el filipino Luis Antonio Tagle, el ghanés Peter Turkson y el italiano Matte Zuppi. Casas de apuestas como William Hill ya han colocado a Parolin como el favorito, aunque varios purpurados advierten que el resultado será impredecible.
El mundo espera con expectación la fumata blanca que anunciará al nuevo papa. En medio de un escenario internacional complejo y una Iglesia que enfrenta retos internos, los cardenales tienen ante sí la responsabilidad de elegir a un líder capaz de continuar la renovación iniciada por Francisco y de fortalecer la unidad en tiempos de incertidumbre.