La Cámara de Diputados aprobó reformas constitucionales para prohibir la reelección consecutiva en diversos cargos públicos y el llamado “nepotismo electoral”, aunque con una modificación del Senado que pospone su entrada en vigor hasta 2030, y no en 2027 como había propuesto la presidenta Claudia Sheinbaum. La iniciativa fue avalada con 432 votos a favor, 28 en contra y cuatro abstenciones, con el respaldo de una parte de la oposición.
Las reformas establecen que los cargos de elección popular, desde la Presidencia de la República hasta regidurías y sindicaturas, no podrán ser ocupados por los mismos funcionarios de manera inmediata. Además, en materia de nepotismo, se prohíbe que candidatos tengan lazos de parentesco directo o indirecto con funcionarios en funciones en los últimos tres años antes de la elección. No obstante, la implementación de esta prohibición será a partir de los procesos electorales de 2030.
Pese a que Morena y sus aliados defendieron la medida como un avance para la alternancia y la democratización del país, la oposición criticó que la entrada en vigor del veto al nepotismo electoral se haya postergado. Legisladores del PAN, PRI y Movimiento Ciudadano intentaron sin éxito modificar la iniciativa para que la prohibición comenzara en 2027 y se aplicara a todos los niveles de gobierno, incluida la Presidencia de la República.
La diputada panista Noemí Luna cuestionó la falta de voluntad para adelantar la medida y lanzó un desafío para evitar la “herencia del poder” en el Ejecutivo federal. “Que no se pueda postular ningún hijo, hija o pariente del presidente o presidenta en turno hasta que hayan pasado al menos 10 años de su mandato”, exigió. En tanto, el diputado Alfonso Ramírez Cuéllar (Morena) intentó introducir una reserva para adelantar la prohibición al 2027, pero no consiguió los acuerdos necesarios.
Desde la bancada del PRI, la diputada Abigail Arredondo consideró que la reforma es un paso insuficiente y pidió una reforma electoral más amplia que incluya medidas contra la sobrerrepresentación y el “chapulineo” político. A su vez, el panista Armando Tejeda denunció que el poder no debe heredarse “como si fuera una empresa privada” y que el combate al nepotismo debe ser real y no solo un discurso.
A pesar de las críticas, la vicecoordinadora de Morena en la Cámara de Diputados, Gabriela Jiménez, defendió la iniciativa asegurando que representa un mensaje claro contra el abuso del poder y el clientelismo familiar. Argumentó que la reforma busca garantizar que el mérito y la capacidad sean los únicos criterios para gobernar en el país.