En una conferencia de prensa celebrada en Chihuahua, Alfredo Chávez Madrid, coordinador de la bancada del PAN en el Congreso local, lanzó una fuerte ofensa contra el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, al decir: “Que chingue a su madre”. El panista afirmó que Morena “dejó de ser pueblo para convertirse en nobleza”, luego de que un ciudadano ofreciera disculpas públicas a Fernández Noroña tras agredirlo en el aeropuerto capitalino días antes. Chávez Madrid justificó su insulto como parte de una protesta política, aunque el acto rápidamente escaló a nivel nacional.
La reacción no tardó en llegar. Fernández Noroña calificó el insulto como “una agresión cobarde” y lo ligó a una campaña de linchamiento político orquestada por Acción Nacional. El senador morenista emitió una larga carta oficial en la que expresó que, si vivieran en el siglo XIX, el diputado estaría obligado a retarlo a duelo; sin embargo, al ser el siglo XXI, su postura sería de total repudio. Además, consideró que Chávez Madrid mancha al Congreso de Chihuahua con “tan vil comportamiento” y recordó que sus adversarios no lograrán doblegarlo mientras cuente con el respaldo del pueblo mexicano.
El senador también subrayó el trasfondo cultural y simbólico del insulto, mencionando que una mentada de madre no es solo un desahogo coloquial, sino un insulto machista cargado de violencia, especialmente contra las mujeres. Fernández Noroña reafirmó que, aunque en política puede haber confrontación, recurrir a ese tipo de expresiones en el debate público rebaja el nivel de la discusión y daña la dignidad de las instituciones democráticas.
El conflicto surgió a raíz de un incidente previo en el que el abogado Carlos Velázquez, quien había agredido físicamente a Fernández Noroña en septiembre de 2024, ofreció una disculpa pública en el Senado. Este acto fue interpretado por Alfredo Chávez como una muestra del supuesto autoritarismo de Morena. Sin embargo, Noroña aclaró que la disculpa fue una iniciativa del propio ciudadano y recordó que el Senado presentó una denuncia formal por la agresión sufrida.
La polémica no solo evidencia las tensiones entre Morena y el PAN, sino que también revela un ambiente político cada vez más crispado rumbo a las elecciones federales. Para Fernández Noroña, la ofensa recibida es una muestra de desesperación de sus opositores, pero aseguró que seguirá haciendo política con principios, honor y un profundo amor al pueblo. Mientras tanto, desde el Congreso de Chihuahua, se espera que el incidente genere un debate sobre los límites de la libertad de expresión entre los representantes públicos.