Contexto de la nota: Explosión en taller clandestino de pirotecnia en Chimalhuacán deja un muerto y cinco heridos
La tragedia que enlutó a Chimalhuacán esta semana llegó a su momento más doloroso con el velorio y despedida de los hermanos Brayan Gilberto y Jonathan Miguel Hidalgo Marrón, víctimas de la explosión en un taller clandestino de pirotecnia en el barrio San Pablo. En medio de llantos y consignas de justicia, sus cuerpos fueron velados por familiares, amigos y vecinos, quienes condenaron la falta de acción de las autoridades para evitar esta tragedia.
Los hermanos, de 39 y 21 años, perdieron la vida de manera trágica tras la detonación ocurrida el pasado miércoles. Jonathan falleció en el hospital mientras recibía atención médica, y Brayan fue hallado bajo los escombros del lugar, que quedó totalmente destruido. La explosión dejó un saldo de diez heridos, entre ellos tres menores en estado grave, además de daños estructurales en al menos 23 viviendas.
El jueves por la madrugada, los féretros llegaron al domicilio familiar. En la parroquia de San Pablo de la Cruz, se realizó una misa de cuerpo presente, a la que acudieron decenas de personas para despedir a los hermanos y acompañar a los dolientes. Patricia, madre de las víctimas, sigue hospitalizada en estado crítico, lo que añadió un dolor más a la familia.
Vecinos de la zona alzaron la voz durante la ceremonia, exigiendo que se investigue y castigue a los responsables. Denunciaron que este taller de pirotecnia ya había sufrido una explosión hace un año, pero pese a las advertencias, continuó operando sin regulación. «Esto no debió pasar. Pedimos justicia para los que murieron y para los heridos, que no se quede impune», reclamaron.
Mientras tanto, las autoridades locales y Protección Civil han iniciado trabajos para demoler las viviendas dañadas y prevenir futuros riesgos. Sin embargo, para la comunidad, la prioridad es atender a los afectados y garantizar que se eviten tragedias similares. Este sábado, los hermanos serán sepultados en el panteón municipal, marcando el cierre de un episodio doloroso que deja una lección amarga sobre la negligencia y la falta de control en actividades clandestinas.
