El gasto de la Ciudad de México para la renta de pipas de agua se incrementó de manera notable en 2024, alcanzando un monto 17 veces mayor al destinado en 2023, según información oficial. De 42.1 millones de pesos ejercidos en el año previo, el presupuesto destinado a este rubro ascendió a 726.6 millones de pesos durante el último año.
La Secretaría de la Contraloría General detalló que este aumento responde a la sequía extrema que afectó al Valle de México, reduciendo de manera crítica la disponibilidad de agua potable. Como resultado, el Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex) tuvo que reforzar la distribución de agua mediante pipas, especialmente en las alcaldías más afectadas, como Iztapalapa, Tláhuac y Xochimilco.
El gasto elevado se destinó principalmente a contratos con empresas privadas encargadas de suministrar las pipas. Según Sacmex, esta estrategia permitió atender emergencias en comunidades que carecían de acceso al agua entubada, garantizando un abastecimiento mínimo para millones de capitalinos.
Sin embargo, organizaciones sociales y expertos han señalado la necesidad de soluciones estructurales. Han insistido en que la dependencia de pipas no es sostenible a largo plazo y han pedido mayor inversión en infraestructura hidráulica, como redes de captación de agua de lluvia y reparación de fugas en las tuberías existentes.
La jefa de Gobierno, Martí Batres, reconoció los desafíos que enfrenta la capital en materia hídrica y aseguró que en 2025 se trabajará en estrategias integrales para mitigar los efectos del cambio climático y la crisis del agua. Mientras tanto, el aumento en el gasto de pipas se perfila como una medida emergente frente a una problemática cada vez más acentuada.