La detención de José Gregorio Lastra Hermida, alias ‘El Lastra’, ha revelado nuevas conexiones entre el presunto reclutador del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y diversas esferas del poder. Investigaciones oficiales indican que este sujeto no solo estaba dedicado al reclutamiento de personas para la organización criminal, sino que además figuraba como afiliado al Partido Verde Ecologista de México (PVEM) desde 2016. Su captura se produjo el 22 de marzo en la alcaldía Cuajimalpa de Morelos, en la Ciudad de México, en un operativo coordinado por fuerzas federales.

Los registros del PVEM obtenidos a través de la Plataforma Nacional de Transparencia indican que ‘El Lastra’ tuvo domicilios en dos estados distintos durante su afiliación. Entre 2016 y 2020 residió en la alcaldía Magdalena Contreras, en la Ciudad de México, pero en el segundo semestre de 2020 su domicilio cambió a Berriozábal, Chiapas. Coincidentemente, en agosto de ese mismo año, su pareja denunció su desaparición ante la Fiscalía General del Estado (FGE) de Chiapas, lo que generó dudas sobre su paradero real en esos años.

Según la denuncia, la última vez que su pareja tuvo contacto con él fue el 25 de agosto de 2020. En aquella ocasión, ‘El Lastra’ mencionó que se dirigía a la colonia Club Campestre en Tuxtla Gutiérrez, pero después de esa llamada no se supo más de él. Al momento de su desaparición, la FGE de Chiapas difundió su ficha de búsqueda, en la que destacaba un tatuaje de San Judas Tadeo en su espalda, un rasgo que las autoridades confirmaron tras su captura en la Ciudad de México.

El arresto de ‘El Lastra’ se dio en un contexto donde el CJNG ha sido señalado por el uso de campos de adiestramiento clandestinos para formar a sus sicarios. Las investigaciones federales apuntan a que el detenido desempeñaba un papel clave en estos procesos, lo que lo relaciona directamente con el Rancho Izaguirre, en Teuchitlán, Jalisco, un sitio que recientemente fue identificado como un presunto centro de entrenamiento y posible lugar de desaparición forzada.

Uno de los indicios más reveladores de su conexión con el rancho proviene de una libreta hallada en el lugar por colectivos de búsqueda. En sus páginas aparecen registros con nombres y apodos de personas presuntamente reclutadas, además de términos como «Comte. Lastra», lo que sugiere que tenía un rol de liderazgo dentro de la estructura de adiestramiento del CJNG. Autoridades federales ya investigan esta evidencia.

Testimonios de víctimas que pasaron por el rancho han indicado que no todas las personas retenidas estaban allí contra su voluntad. Según una testigo, quienes tenían nombres con apodos eran voluntarios, mientras que aquellos con nombres reales eran personas reclutadas bajo engaños. Esta distinción en las libretas refuerza la teoría de que el rancho operaba como un centro de adoctrinamiento, donde algunos ingresaban voluntariamente y otros eran forzados a participar en actividades criminales.

Dentro del sitio también se hallaron cuadernos con notas sobre el uso de armas, incluyendo listas detalladas de partes de fusiles AR-15 y registros de solicitudes para su desarme. Otras libretas contenían nombres junto a números y símbolos, los cuales aún están siendo analizados por la Fiscalía General de la República (FGR) para determinar su significado y posibles implicaciones en la estructura operativa del CJNG.

La detención de ‘El Lastra’ es un golpe significativo contra el CJNG, pero también deja muchas preguntas abiertas sobre sus vínculos políticos y el tiempo que permaneció en la clandestinidad. Su afiliación al PVEM y la aparente desaparición que sufrió en 2020 son piezas clave que las autoridades deberán esclarecer en el marco de una investigación más amplia sobre la red de reclutamiento y adiestramiento del cártel.

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