Las Fuerzas Armadas de Estados Unidos han intensificado sus operaciones de vigilancia en la frontera con México y en el espacio aéreo internacional sobre la península de Baja California durante los últimos 10 días. Funcionarios y fuentes de acceso público han informado que se han realizado al menos 18 misiones con sofisticadas aeronaves espía, marcando una escalada significativa en la actividad de inteligencia en la región.

Históricamente, el Pentágono solía llevar a cabo una única misión de vigilancia al mes en la frontera, enfocándose en amenazas extranjeras como la actividad militar rusa o china. Sin embargo, la reciente operación refleja un cambio de prioridades, ya que ahora se concentran en obtener información estratégica sobre las operaciones de los cárteles mexicanos y sus redes de narcotráfico.

Entre las aeronaves desplegadas, destacan los vuelos realizados por los aviones P-8 de la Marina, que han completado al menos 11 misiones. Estos aviones, equipados con avanzados sistemas de radar originalmente diseñados para detectar submarinos, han sido aprovechados para recolectar imágenes y señales de inteligencia que permitan identificar las rutas y actividades ilícitas en la frontera. Además, el pasado 3 de febrero se reportó un vuelo de casi seis horas realizado por un avión espía U-2, una máquina emblemática de la Guerra Fría, utilizada raramente en este tipo de operaciones.

Avión P-8A visto en 2024
Avión U-2 visto en 2018
Avión RC-135 Rivet Joint visto en 2011

Otro operativo relevante involucró a un avión RC-135 “Rivet Joint” que realizó una misión larga alrededor de la península de Baja California, pasando cerca de Sinaloa. Este tipo de aeronave, especializada en captar comunicaciones desde tierra, refuerza la idea de que los vuelos espía se han redirigido para obtener datos críticos sobre el narcotráfico y las estructuras operativas de los cárteles. La ruta que circunda la península, históricamente utilizada para otros fines, ahora se ha intensificado con este nuevo enfoque de seguridad.

Aunque la tecnología desplegada es de vanguardia, algunos ex oficiales y analistas han expresado inquietud sobre la intención de estos vuelos. Señalan que la administración Trump podría estar utilizando esta actividad de inteligencia para identificar objetivos y justificar posibles acciones militares directas contra los cárteles, en línea con su estrategia de designarlos como organizaciones terroristas extranjeras. Esta reorientación de recursos de amenazas internacionales tradicionales hacia la seguridad fronteriza plantea serias preguntas sobre la escalada de la confrontación en la región.

Mapa de los vuelos de aviones espía entre el 28 de enero y 6 de febrero de este año. Fuente: CNN en Español

En definitiva, el incremento de los vuelos espía evidencia un cambio sustancial en la estrategia de defensa de Estados Unidos. Mientras se recopila información en las zonas críticas de la frontera y del espacio aéreo sobre la península de Baja California, las autoridades estadounidenses reafirman su compromiso de proteger su territorio y disuadir el contrabando, a la vez que se prepara para posibles respuestas en el ámbito militar.

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