El jueves de la semana pasada, la Gobernadora Rocío Nahle envió un oficio a la Mtra. Claudia Tello, Secretaria de educación, en el que instruye que “… se retire de manera inmediata los refrigeradores, dispensadores y anaqueles de los refrescos y gaseosas azucaradas de todas las marcas, de igual manera todo lo referente a las frituras altas en grasas, en todas las escuelas públicas del estado de Veracruz…” Esto, con la finalidad de que se implemente el programa “VIVE SALUDABLE, VIVE FELIZ” previsto en el Plan Nacional de Desarrollo.
Aunque falta mucho por hacer, y los resultados no se verán de un día para otro, es un primer paso para combatir la verdadera pandemia de México, la obesidad. Recordemos que -al margen del irresponsable manejo que Hugo López Gatell dio al fenómeno de Covid-19-, una de las causas que elevó la tasa de mortalidad entre pacientes fue justamente el de factores pre existentes como obesidad, diabetes, hipertensión, todos asociados a los hábitos alimenticios. En ese sentido, es una gran noticia que la autoridad educativa ya no promueva el consumo de estos alimentos tan nocivos.
Otro punto que será interesante ver es el de la reacción de las empresas productoras de la chatarra, que quiérase o no, son desde hace muchos años un poder fáctico, de alcance mundial, para muestra un botón: La coca cola. Ahí nomás.
Y por último, la resistencia que habrá de esperarse, es la del hoy diputado federal Zenyazen Escobar, quien a través del manejo del negocio de cafeterías en todos los planteles del Estado, hizo su agosto durante todo el sexenio de Cuitláhuac García.
Habrá que ver si esta medida se hace acompañar de resultados en las investigaciones que ya empezó la SEV por malos manejos en el sexenio anterior. A ver si se le llama a cuentas al flamante coordinador de los legisladores de Morena en Veracruz, y se logra algún avance en contra de la otra pandemia de México, la corrupción.