La aerolínea estatal Mexicana de Aviación anunció el cierre de ocho rutas desde el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), reduciendo casi a la mitad su cobertura nacional. A partir del 6 de enero, las rutas a Acapulco, Campeche, Guadalajara, Ixtapa, Nuevo Laredo, Puerto Vallarta, Uruapan y Villahermosa dejarán de operar. Aunque la compañía ofrece reembolsos o cambios de itinerario, no ha emitido un comunicado oficial sobre los motivos de la decisión.
Relanzada en diciembre de 2023 con el respaldo del gobierno y gestionada por la Secretaría de la Defensa Nacional, Mexicana prometió una renovación del mercado aéreo. Sin embargo, en su primer año solo logró transportar a 382,000 pasajeros, una cifra muy baja en comparación con los 50 millones registrados en vuelos domésticos en el país en 2024. Esto representa menos del 1% del mercado, liderado por Viva Aerobús, Volaris y Aeroméxico.
La empresa estatal había planteado ambiciosos objetivos, como transportar a tres millones de pasajeros anuales para 2027 y ampliar su flota con 20 aviones Embraer E2. En su comunicado de aniversario, enfatizó sus destinos más populares, como Tulum y Tijuana, y anunció el inicio de operaciones internacionales hacia ciudades como Chicago, Nueva York y Bogotá en los próximos años.
El cierre de rutas impacta principalmente a destinos operados por la aerolínea TAR, que proveía aviones y tripulación bajo arrendamiento. Esto pone en duda la sostenibilidad del proyecto, que requirió una inversión inicial de 4,000 millones de pesos y enfrenta retos en un mercado dominado por empresas privadas con mayores capacidades operativas.
Aunque el gobierno destacó el relanzamiento de Mexicana como un ejemplo de progreso y conectividad, los datos sugieren lo contrario. Expertos señalan que el modelo de gestión estatal debe reevaluarse para evitar que la aerolínea se convierta en un proyecto fallido. Mientras tanto, los pasajeros afectados buscan alternativas en un panorama aéreo nacional cada vez más competitivo
