Una búsqueda rápida en internet, dice que el síndrome de Estocolmo es un fenómeno psicológico en el que paradójicamente, las víctimas (rehenes) desarrollan alguna vinculación afectiva entre con sus captores y que llegan a empatizar con ellos para entender sus razones.
Esa impresión da el Senador Miguel Ángel Yunes Márquez, quien ayer durante la comparecencia del Secretario de Hacienda Edgar Amador, reapareció en tribuna para pedir la palabra y preguntar:
“…Aprovecho esta comparecencia para colocar sobre la mesa un tema que la oposición ha intentado manipular. Han querido llamar huachicol fiscal a lo que en realidad es contrabando de hidrocarburos. No podemos permitir que se confunda a la ciudadanía. No estamos hablando de robo o extracción ilegal de combustible, sino de un problema añejo y heredado que por décadas golpeó las finanzas públicas y que hoy con decisión este gobierno está enfrentando, sin embargo, el problema del contrabando de hidrocarburos va más allá de la nomenclatura.
Es un problema que le cuesta mucho al país y se ha convertido en una prioridad que debe atenderse lo más pronto posible, por ello señor Secretario en aras de buscar la claridad en los temas nos pudiera por favor explicar ¿cómo está trabajando el gobierno para erradicar esta práctica ilícita? …”
Todo esto, mientras su captor/ reclutador, el Senador Adán Augusto López Hernández (con quien se negoció el voto que daría la mayoría suficiente para aprobar la reforma judicial, a cambio de cancelar órdenes de aprehensión en su contra, así como de su padre y suplente y de su hermano, Miguel Ángel Yunes Linares y Fernando Yunes Márquez respectivamente), veía cómodamente el partido de la Champions entre el PSG y el Barcelona, y quien además, aparece mencionado en varias ocasiones en la investigación de la Fiscalía General de la República sobre esta red, considerada el escándalo más grande de corrupción en la historia de México.
Muy complejo debe ser el horizonte político de Yunes Márquez si el Coordinador de Morena en el Senado pide licencia para enfrentar las acusaciones en su contra por los recientes escándalos de corrupción. Quien lo sacó del PAN para darle un nuevo futuro en Morena, lo estará dejando en la orfandad política.
Por lo pronto, es muy penoso ver que una de las que se suponía serían de las voces más vocales y feroces en la cámara alta, se haya convertido en una voz matraquera y del montón.
