La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) atraviesa un ambiente de duelo e indignación tras el asesinato de Jesús Israel Hernández Chávez, estudiante del CCH Sur, ocurrido el pasado lunes. Mientras el rector Leonardo Lomelí declaró que la institución “está de luto”, cientos de alumnos y padres bloquearon avenida Insurgentes en ambos sentidos para exigir seguridad en los planteles. Entre consignas de “que no nos maten”, la comunidad entregó pliegos petitorios a las autoridades universitarias y anunció nuevas movilizaciones.
El ataque, perpetrado dentro del plantel por un joven identificado como Lex Ashton “N”, de 19 años, conmocionó a la comunidad universitaria. El agresor, que ingresó encapuchado y con un cuchillo, apuñaló al estudiante en el cuello y abdomen, provocándole la muerte. Un trabajador de mantenimiento que intentó detenerlo también resultó herido. Tras ser perseguido, Ashton se lanzó del tercer piso de un edificio, lo que le causó fracturas en ambas piernas, y permanece hospitalizado bajo resguardo.
De acuerdo con reportes periodísticos, la madre del atacante había alertado al 911 horas antes de la tragedia, denunciando que su hijo salió de casa armado y que temía que pudiera hacerse daño o lastimar a alguien más. Pese a esta advertencia, el joven logró ingresar al CCH Sur con cuchillos, gas pimienta y otros objetos que horas antes había mostrado en redes sociales, donde publicó un mensaje en inglés: “Escoria como yo tiene la misión de recoger la basura”.
Las publicaciones en Facebook mostraban a Ashton vestido con sudadera negra con la palabra Bloodbath (matanza), mascarilla de calavera y varias armas blancas. Investigadores señalan que el joven se identificaba con la ideología “incel”, una subcultura de hombres que difunden odio y frustración hacia las mujeres. En sus mensajes expresaba resentimiento por “no recibir amor” y la intención de cometer un acto que atrajera atención pública, en patrones similares a los tiroteos escolares registrados en Estados Unidos.


🔴 Estudiantes del CCH SUR se han retirado de las inmediaciones de CU tras 4 horas de manifestación para exigir mayor seguridad en los planteles de los #CCH de la #UNAM.
— ABCD NOTICIAS OFICIAL (@NoticiasAbcd) September 24, 2025
Durante la tarde bloquearon la circulación de la Av. Insurgentes y el Eje 10 Sur (Copilco). #ABCDNoticias pic.twitter.com/ojrbTzHtuL
Este episodio revive la preocupación por la influencia de comunidades virtuales violentas en jóvenes mexicanos. Casos como el ataque en Monterrey en 2017 o la tragedia en Torreón en 2020, donde menores llevaron armas a sus escuelas motivados por foros en línea, evidencian que el fenómeno ya no es exclusivo de Estados Unidos. Expertos advierten que estos espacios funcionan como ecosistemas de radicalización que fomentan conductas extremas.
Carlos Contreras, sociólogo de la UAM, explicó que la adolescencia es una etapa de búsqueda de identidad y que la falta de redes de apoyo empuja a algunos jóvenes hacia comunidades violentas. “La pandemia agravó problemas de salud mental, y aunque se habla más de depresión y ansiedad, pocas veces hay atención profesional. Los jóvenes buscan pertenecer y si los referentes son violentos, eso es lo que reproducen”, señaló.
El rector Lomelí reconoció la urgencia de reforzar medidas de seguridad y atención psicológica. “Estas actitudes pueden evitarse si se detectan a tiempo los problemas y se actúa en consecuencia”, dijo, comprometiéndose a redoblar esfuerzos para garantizar que los espacios educativos sean seguros y libres de violencia.
La comunidad universitaria ha convocado a nuevas marchas y reuniones con autoridades para exigir justicia por Jesús Israel y que la tragedia no se repita. Mientras tanto, el caso ha abierto un debate nacional sobre la violencia juvenil, la influencia de ideologías misóginas en internet y la necesidad de políticas públicas que atiendan la salud mental en las escuelas.
