Palabras Mayores

La clase política en México parece tener una fuerte proclividad a convivir con los grupos de la delincuencia organizada. Uso la palabra convivir, para hacer énfasis en que esta interacción va más allá de acuerdos económicos transaccionales. Hay amistad pues. A continuación, algunos ejemplos y su dimensión.

En Sinaloa, Rubén Rocha Moya nació en el municipio de Badiraguato, tiene 76 años de edad. Ismael “El Mayo Zambada” (actualmente preso en Estados Unidos), tiene 77 años y nació en El Álamo, Sinaloa. El día del secuestro del Mayo que llevó a su traslado a Estados Unidos, iban a reunirse ambos personajes con Héctor Melesio Cuén para arreglar diferencias políticas en la entidad.

En Tabasco, Adán Augusto López Hernández, el aún Coordinador de los Senadores del grupo parlamentario de Morena, nombró a Hernán Bermúdez Requena como Secretario de Seguridad Pública en la entidad. Bermúdez hoy enfrenta acusaciones (de la FGR y del mismo gobierno morenista) de delincuencia organizada, homicidio y algunas otras conductas ilícitas. Adán Augusto lo conoce desde hace más de 30 años, ha sido su notario para negocios. Hoy dice desconocer si Bermúdez Requena efectivamente lidera el cártel de la Barredora.

En CDMX, Sandra Cuevas, ostentó fotografías hasta el cansancio presumiendo su amistad con Alejandro Gilmare Méndoza, alias el Choko, líder de un grupo denominado la Chokisa, dedicado a la extorsión, el cobro de piso y a la movilización social. Esto llegó inclusive a una relación sentimental “efímera”. Sandra Cuevas fue alcaldesa de la Cuahutémoc por la alianza PRI, PAN, PRD. Posteriormente candidata a Senadora por Movimiento Ciudadano. Actualmente se ostenta como empresaria, dueña de una marca de tequila, dulcerías y hasta una galería de arte.

En Acapulco, Abelina López Rodríguez, la alcaldesa ha sido captada video conviviendo amenamente con miembros del grupo criminal Los ardillos, pactando la administración del rastro municipal, platicando anécdotas políticas y hasta echando trago muy a gusto.

En Veracruz, esta semana, elementos del ejército mexicano, Guardia Nacional y Marina catearon un rancho de José Gil Quintero, presuntamente sobrino de Rafael Caro Quintero. Aunque esta persona no fue detenida, en el lugar encontraron a Gabriela Alejandra Ortega Molina, presidenta Municipal de Colipa. Aunque esta información fue confirmada por el Secretario de Gobierno, Ricardo Ahued, aún no está disponible toda la información del operativo, pues continúa la etapa de rendir declaraciones ministeriales.

Estos vasos comunicantes son de larga data, no distinguen geografía, partido político o jerarquía. Asimismo, ilustran de manera muy nítida el funcionamiento cotidiano del poder más allá de las instituciones. El agua pasa por la colusión de un Secretario de Seguridad Federal (también preso en Estados Unidos) y llega, hasta un saludo de mano de un Presidente de la República a la madre del narcotraficante más emblemático de la historia de México. Y luego, vienen los golpes de pecho de la soberanía nacional.

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