La tragedia por la explosión de una pipa de gas LP en el Puente de la Concordia, en Iztapalapa, continúa cobrando vidas. La noche del 21 de septiembre se confirmó el fallecimiento de dos personas más: Alí Yael González Aranda, estudiante de 18 años de la Vocacional 7 del IPN, y Adolfo Franco Madrigal, de 36 años, trabajador de una vulcanizadora. Con ello, la cifra de víctimas mortales asciende a 29, a casi dos semanas del siniestro ocurrido el 10 de septiembre.
De acuerdo con la Secretaría de Salud capitalina, hasta las 22:00 horas del domingo permanecen hospitalizadas 16 personas, mientras que 39 ya fueron dadas de alta. Los pacientes reciben atención en distintos nosocomios, entre ellos el Instituto Nacional de Rehabilitación, el Hospital Regional Zaragoza del ISSSTE, el Rubén Leñero, el de Pemex Picacho, el de Tacubaya, el 20 de Noviembre y el Shriners Hospitals for Children en Galveston, Texas.

La historia de Alí Yael conmovió especialmente. El joven, originario de Chimalhuacán, regresaba de clases en microbús cuando fue alcanzado por la explosión, que le provocó quemaduras en el 85% de su cuerpo y graves daños en órganos vitales. Tras días de incertidumbre, su familia lo localizó en el Instituto Nacional de Rehabilitación, donde permaneció intubado y bajo cuidados intensivos durante 11 días. Finalmente, no resistió las secuelas de las lesiones.
Adolfo Franco Madrigal, por su parte, era atendido en el hospital regional Zaragoza del ISSSTE. El propio director del instituto, Martí Batres, confirmó su deceso a través de redes sociales, donde expresó sus condolencias y aseguró que su familia recibió todo el acompañamiento necesario. En el ISSSTE aún permanecen tres pacientes hospitalizados, de los cuales dos se reportan en estado muy grave.
Familiares y amigos de Alí Yael recordaron al joven como un estudiante disciplinado, sano y respetuoso, aficionado al deporte y con gusto por la natación. Su abuela, María Silvia Beltrán, narró que lograron identificarlo gracias a videos difundidos en redes sociales, y describió la angustiosa búsqueda que realizaron en diferentes hospitales antes de hallarlo. “Es un niño muy estudioso, muy respetuoso, lo queremos mucho. Para mí es algo muy fuerte”, declaró.
La Secretaría de Salud reiteró que la atención a los heridos se mantiene con vigilancia médica multidisciplinaria y con todos los insumos necesarios. Mientras tanto, colectivos ciudadanos y familiares de las víctimas insisten en la exigencia de justicia, así como en la investigación sobre las condiciones en las que circulaba la pipa con casi 50 mil litros de gas LP, que provocó la devastadora explosión.
