Hoy entra en funciones “el nuevo Poder Judicial”. Sobre el argumento de que la gente votara por sus jueces, se llevó a cabo una atropellada reforma judicial marcada por tómbolas, acordeones y movilizaciones partidistas.
Algunos de los integrantes más destacados serán: El Ministro Chicharrón, Justita, La Ministra que plagió su tesis, La Ministra del Pueblo, y el hermano indígena. No hace falta decir sus nombres para que el público identifique claramente a quienes se hace referencia, (referencia que ellos mismos se han asignado).
Uno de los primeros actos de esta nueva Corte, ha sido cambiar el logotipo de la SCJN para incluir en él un bastón de mando, en clara alusión a los pueblos originarios. Estos nuevos ministros llegan con una legitimidad de apenas 13% de participación electoral y con una evidente vinculación a Morena. Para muestra, recordemos que, en días recientes, Beatriz Gutiérrez Müller advirtió que una vez entrando en funciones este nuevo Poder Judicial podría demandar a los medios que dieron cuenta de su presunto traslado a Madrid.
Otro ejemplo, (independientemente de lo que cada quien crea), la advertencia de Claudia Sheinbaum de que, con esta nueva Corte, ¡Ahora sí! Ricardo Salinas Pliego pagará los impuestos que el gobierno considera. ¿Hay línea?
Aunque en algunos sectores de la vida jurídica y de los medios hay expectativa de cómo se comportará la nueva Corte, me atrevo a anticipar que lo que estamos a punto de ver es algo similar al comportamiento del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, donde es imposible ganarle un asunto al gobierno.
Políticamente, Morena logró el objetivo: Tener un control absoluto sobre el Poder Judicial. Pero en el México de a pie, ya no hay excusas. Tienen el Gobierno, tienen la fuerza de cambiar cuantas leyes quieran y necesiten (y así lo han hecho) y ahora, tienen control total sobre la justicia. ¿A quién se le echará la culpa de los excesos en la prisión preventiva? ¿a quién se le echará la culpa de la corrupción en juzgados familiares y mercantiles?
Lo otro que me atrevo a anticipar, dado el bajo perfil de la mayoría de los integrantes de la nueva Corte y demás órganos judiciales, es que en su defensa se usará el argumento favorito de la casa: ¡Es clasismo! Eso sí, se avecina también un tremendo circo. Al tiempo.
A MANUEL GALEANA SE LA ROBARON.
El cargo era Magistrado de Circuito en Materia Penal. Él compitió contra 5 hombres, ella contra 2 mujeres. Él sí ganó su elección en primer lugar, ella quedó en 2º lugar. No compitieron entre ellos. No obstante, esta semana la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación determinó quitarle su triunfo a Manuel para dárselo a Mónica Esbeidi Aguilar Alcántara bajo el argumento de la paridad de género. En teoría, existe un marco legal que garantizaba esta paridad. Para empezar, el artículo 4º Constitucional que establece la igualdad entre el varón y la mujer; adicionalmente, una distritación para competencia entre hombres y otra de mujeres. Lo normal es que, en cada competencia gana el primer lugar, por lo visto, aquí no.
Se me ocurren dos hipótesis para entender el sinsentido en agravio de Manuel:
- El diseño de la reforma es deficiente y contiene diversas lagunas jurídicas. O
- Se está abusando de la figura de “paridad de género”.
Juzgue Usted.
Manuel Galeana viene de ser Juez de Ejecución Penal y cuenta con una amplia experiencia en la materia. Sobra decir que en cualquier momento se le podría ver en una importante responsabilidad.