El presidente estadounidense, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva secreta que autoriza al Pentágono a emplear fuerza militar contra cárteles de drogas de varios países —como México, Venezuela, El Salvador y Haití— previamente catalogados como organizaciones terroristas. Este cambio permite potenciales operaciones en aguas y territorios extranjeros, incluyendo el uso de fuerzas especiales y apoyo de inteligencia.
La directiva, que otorga cobertura legal bajo la Ley Patriota de 2001, sitúa a cárteles como Sinaloa y CJNG al nivel de amenazas terroristas. Desde febrero pasado fueron designados como entidades extranjeras terroristas, lo cual abre la puerta para acciones militares, aunque no hay confirmación de que sean inminentes.
La administración Trump ya prepara opciones estratégicas para atacar redes de narcotráfico mediante interdicción marítima, misiones encubiertas o ataques selectivos, respaldadas por vigilancia aérea ampliada y operaciones encubiertas con drones. A pesar de esto, se subraya que no se planean invasiones militares.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, respondió de inmediato, negando cualquier posibilidad de intervención militar estadounidense en territorio mexicano y reiterando la defensa de la soberanía nacional. Aseguró que su gobierno fue informado de la orden, pero que ésta no contempla operaciones en México.
Especialistas legales internacionales advirtieron que acciones militares directas fuera del marco de un conflicto armado y sin autorización del Congreso podrían violar leyes nacionales e internacionales. Aunque la orden supone una escalada, EE.UU. busca enfatizar que estas medidas se justifican en la lucha antinarcóticos y la protección del país frente a la crisis del fentanilo.