La Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2024, publicada por el INEGI, reveló que los hogares más ricos obtienen un ingreso medio mensual de 78,698.3 pesos, mientras que los más pobres apenas reciben 5,598.3 pesos, lo que representa una brecha de 14 veces entre ambos grupos.

Aunque esta diferencia ha disminuido respecto a 2016 —cuando los hogares más adinerados ganaban 20 veces más que los más pobres—, persiste una marcada desigualdad económica en el país. El coeficiente de Gini cayó de 0.449 en 2016 a 0.391 en 2024, mostrando una mejora leve pero constante.

El decil superior concentra el 30.3 % del ingreso nacional, mientras que el decil inferior acumula solo el 2.2 %. Las familias privilegiadas obtienen gran parte de sus ingresos de rentas o inversiones, a diferencia de los hogares pobres, cuyos ingresos dependen principalmente del trabajo y transferencias gubernamentales.

En el sexenio pasado, los ingresos de los hogares mexicanos crecieron un 15.6 %, impulsados por el alza del salario mínimo y programas sociales como la Pensión para el Bienestar, aunque la pobreza extrema se redujo marginalmente. A pesar de estos avances, la desigualdad sigue siendo persistente.

La ENIGH muestra además que las mujeres ganan en promedio 7,905 pesos al mes, es decir 4,111 pesos menos que los hombres, evidenciando una brecha salarial significativa. Estas cifras evidencian que, si bien hay una mejora progresiva, alcanzar mayor equidad aún podría tomar generaciones.

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