Agencias de seguridad de Estados Unidos han emprendido una investigación conjunta para desmantelar una red internacional de tráfico de hidrocarburos que opera desde México y que estaría generando pérdidas superiores a los 200 millones de pesos semanales al erario mexicano. La operación, que involucra al FBI, DEA y la HSI, tiene como foco el noreste del país, especialmente en Reynosa y Matamoros, donde organizaciones criminales extraen combustible robado a Pemex y lo envían clandestinamente a Estados Unidos.
Según testimonios obtenidos por autoridades estadounidenses, entre mil y mil 300 tanques de 30 mil litros cruzan semanalmente desde Reynosa hacia Texas a través de distintos cruces fronterizos, simulando que transportan aceite mineral. Esto les permite evadir hasta 200 mil pesos por unidad en concepto del IEPS. Tan solo esta actividad en Reynosa representa pérdidas fiscales de 800 millones de pesos al mes. Las ganancias se reparten entre operadores y organizaciones criminales, muchas de ellas asociadas a cárteles mexicanos como el CJNG, el de Sinaloa y el del Golfo.
En mayo pasado, la DEA reveló en su informe anual el surgimiento de una organización criminal que colabora con dichos cárteles para robar hidrocarburos en México y comercializarlos en Estados Unidos. A raíz de esta información, se lanzó el operativo “Top Fuel” o “Muerte Líquida”, el cual ya logró el arresto de los Jensen, una familia multimillonaria de Utah, por tráfico y lavado de dinero derivado de la venta de huachicol. Se calcula que habrían contrabandeado al menos 300 millones de dólares en crudo.
Por su parte, la embajada de Estados Unidos en México detalló cómo opera este esquema. El crudo robado es trasladado a Texas donde es legalizado por intermediarios y vendido a refinerías. Una vez refinado, el combustible es reexportado a México utilizando documentación falsa y empresas fachada. Este proceso de evasión fiscal, según la embajada, no solo beneficia al crimen organizado sino que también representa pérdidas millonarias para ambos países y contribuye a financiar la violencia.
México también ha intensificado sus acciones. Desde octubre de 2024 a julio de 2025, la Secretaría de Marina ha asegurado más de 14 millones de litros de hidrocarburos en tierra y mar, además de localizar 328 tomas clandestinas. El pasado 29 de junio, el secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, informó la desarticulación de una de las principales redes del país, que operaba en cuatro entidades y era encabezada por Cirio Sergio ‘N’ y Luis Miguel ‘N’.
El 7 de julio, autoridades federales realizaron dos operativos más en Coahuila, donde se incautaron 15 millones de litros de combustible robado y cerca de 130 carro-tanques, en lo que ha sido calificado como el mayor aseguramiento en la historia reciente. Estos decomisos han marcado un punto de inflexión en la estrategia nacional contra el robo de hidrocarburos.
La embajada estadounidense afirmó que este delito se combate ahora mediante operativos coordinados en aduanas, puertos y con sanciones a empresas y bancos vinculados. Además, se busca restringir el acceso del crimen organizado al sistema financiero internacional. Legisladores mexicanos, como el priista Alejandro “Alito” Moreno, han aprovechado la coyuntura para criticar a Morena por permitir, según él, que el huachicol se convirtiera en un negocio del crimen amparado por la impunidad del Estado.