El exsecretario de Seguridad Pública de Tabasco, Hernán Bermúdez Requena, enfrenta una orden de aprehensión por sus presuntos vínculos con el grupo delictivo La Barredora, organización acusada de extorsión, huachicoleo, tráfico de migrantes y narcomenudeo en el occidente del estado. De acuerdo con el general Miguel Ángel López Martínez, jefe militar en Tabasco, Bermúdez huyó del país en febrero y actualmente se presume que se encuentra en Brasil. La Secretaría de la Defensa Nacional solicitó ya el apoyo de Interpol para su captura.

Bermúdez, cercano colaborador de Adán Augusto López durante su gobierno estatal, habría ejercido un liderazgo directo sobre esta célula criminal, favoreciendo su expansión mediante nombramientos en mandos policiales y protegiendo a operadores clave como Francisco Javier Custodio, alias Guasón. La organización, con raíces en la disolución del Cártel de los Beltrán Leyva, se consolidó en municipios como Huimanguillo, Cárdenas, Comalcalco y Paraíso, donde se disputaba el control territorial con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Los señalamientos contra Bermúdez se remontan al menos a 2021, cuando informes filtrados del Ejército lo identificaron con el alias de Comandante H, autor de ejecuciones y negociaciones ilegales. La información, sin embargo, no derivó en acciones judiciales en su momento. Fue hasta la llegada de Javier May a la gubernatura, en octubre de 2024, que se reconoció abiertamente la existencia de estructuras criminales protegidas por gobiernos anteriores y se activaron acciones judiciales concretas.

El gobernador May denunció en noviembre pasado que “todos sabían quién comandaba La Barredora”, en referencia a Bermúdez, aunque sin nombrarlo. Además, ha criticado que medios locales minimizaran la violencia durante administraciones anteriores. Su gestión ha estado marcada por la implementación de la Fuerza Interinstitucional de Reacción Táctica (FIRT) Olmeca, grupo élite con apoyo del Ejército, Marina, Guardia Nacional y Fiscalía estatal, que ha permitido detener a varios líderes delictivos.

El caso ha generado tensiones al interior de Morena, ya que Adán Augusto López, actual coordinador de ese partido en el Senado y exgobernador de Tabasco, ha evitado pronunciarse. Aunque la presidenta Claudia Sheinbaum ha declarado no creer en la participación directa del exgobernador en estas redes criminales, el vínculo político entre López y Bermúdez ha sido señalado por la prensa y opositores como ejemplo de la infiltración del crimen organizado en las estructuras de poder.

En medio del operativo de limpieza institucional, han sido capturados personajes clave como Tomás Díaz y El Guasón, mientras que centros de huachicol han sido desmantelados. Sin embargo, el escenario actual plantea un nuevo reto: la reconfiguración de las economías criminales tras el debilitamiento de La Barredora. Expertos advierten que otros grupos pueden intentar ocupar ese espacio, como ha ocurrido en otras entidades como Guanajuato o Michoacán.

Con el Comandante H prófugo y bajo investigación internacional, el gobierno de Tabasco enfrenta el reto de mantener la gobernabilidad y frenar una nueva ola de violencia. La promesa de Javier May de no pactar con el crimen se pone a prueba en un contexto donde el pasado institucional y delictivo aún proyecta su sombra sobre el presente.

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