La tarde del 29 de mayo, la colonia Morelos en la Ciudad de México vivió momentos de tensión cuando vecinos se enfrentaron con elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC CDMX) para impedir que la antigua Escuela Libre de Homeopatía fuera habilitada como albergue para migrantes. El predio, ubicado en Peralvillo 75, ya había sido clausurado previamente, pero las autoridades buscaban asegurar el lugar para transformarlo, lo que desató protestas y un ambiente de confrontación en las calles.

Entre gritos y empujones, los vecinos bloquearon el paso a los policías, exigiendo que se les informara y consultara antes de tomar decisiones que afecten a su comunidad. “No estamos en contra de los migrantes, pero nadie nos preguntó nada. Ni los servicios básicos están en condiciones”, declaró Patricia López, vecina de la zona desde hace más de 20 años. Videos difundidos en redes sociales muestran cómo incluso soltaron perros contra los uniformados, mientras otros lanzaban piedras, botellas y cubetas llenas de agua desde los edificios aledaños.

La protesta fue encabezada por la diputada federal priista Mónica Elizabeth Sandoval, quien denunció haber sido retirada a la fuerza del lugar y haber sufrido el robo de su celular. Según versiones locales, la legisladora intentó romper los sellos del predio para ingresar, lo que motivó el despliegue policiaco. Mientras tanto, algunos vecinos gritaban consignas como “no al albergue, defendamos nuestro patrimonio” y denunciaban que la instalación de un albergue agravaría problemas ya existentes, como la inseguridad, la falta de agua y la sobrepoblación.

escuela homeopatia tepito JOSE MELTON

Las autoridades capitalinas, por su parte, aseguran que el operativo buscaba desalojar a unas 20 personas que habían “invadido” el predio, el cual estaba bajo resguardo legal. César Cravioto, titular de la Secretaría de Gobierno de la Ciudad de México, acusó a Sandoval de promover disturbios y anunció posibles denuncias penales. Mientras tanto, la jefa de Gobierno Clara Brugada no ha emitido declaraciones sobre la posibilidad de abrir un diálogo con los vecinos inconformes.

Vecinos de la zona aseguran que el edificio representa mucho más que un simple espacio físico; para ellos, simboliza años de servicios médicos y atención que ahora temen perder. Guadalupe, otra residente, reclamó: “Esto es de los vecinos, llevamos años aquí y siempre fue un hospital. Es injusto que lo quieran transformar sin tomarnos en cuenta”. Otros colonos, en cambio, señalaron que el inmueble llevaba tiempo cerrado y que pocos conocían sus funciones hasta que surgió el tema del albergue.

En medio del caos, la diputada Sandoval regresó al lugar minutos después de haber sido retirada, pidiendo a la presidenta Claudia Sheinbaum que interviniera para proteger los derechos de salud de la comunidad. Mientras tanto, los elementos de la SSC permanecieron en guardia para evitar nuevos intentos de ocupación, mientras los vecinos seguían confrontándose verbalmente desde ventanas y azoteas.

El conflicto en la colonia Morelos pone en evidencia un problema más amplio: la falta de consulta ciudadana en proyectos que impactan directamente a las comunidades, especialmente en zonas que ya enfrentan precariedad. Las decisiones gubernamentales tomadas sin diálogo alimentan un clima de desconfianza y tensión que, como quedó demostrado, puede escalar rápidamente en confrontaciones abiertas.

A medida que el gobierno capitalino planea cómo atender a la población migrante que cruza por la ciudad, deberá enfrentar no solo retos logísticos, sino también sociales. Las comunidades locales exigen ser escuchadas y participar en la toma de decisiones, especialmente cuando sus recursos y calidad de vida están en juego. Hasta el momento, el gobierno no ha anunciado una mesa formal de diálogo, pero los residentes de Morelos insisten en que seguirán manifestándose hasta ser tomados en cuenta.

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