El gobierno federal ha lanzado un llamado urgente a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) para retomar las negociaciones que buscan resolver temas clave como la jubilación temprana y los derechos laborales. La reunión fue convocada formalmente por la Secretaría de Gobernación para este miércoles 28 de mayo, a las 11 de la mañana, en las instalaciones de Bucareli. En el encuentro participarán representantes de Gobernación, Educación Pública, ISSSTE, Hacienda y otras dependencias, con la promesa de presentar una “nueva propuesta” que, según el comunicado oficial, pretende construir alternativas en beneficio del magisterio nacional.

Esta convocatoria ocurre en un momento crítico: faltan apenas cinco días para las elecciones judiciales, y el gobierno de Claudia Sheinbaum no puede permitirse un boicot o amago de protesta por parte de un sector históricamente combativo como la CNTE. El sindicato ha mantenido una huelga indefinida durante 11 días, ocupando espacios estratégicos como las inmediaciones del Instituto Nacional Electoral (INE), lo que ha encendido las alarmas en el Ejecutivo. Aunque los líderes magisteriales afirman no estar en contra de las elecciones, han advertido que podrían obstaculizarlas si no ven avances significativos en las negociaciones.

En las últimas semanas, las tensiones han escalado con varios desencuentros. Primero, Sheinbaum ofreció una reunión directa con los líderes magisteriales, que ellos mismos rechazaron para no debilitar la presión en plena organización de la huelga. Después, la presidenta canceló un encuentro ya programado, frustrada por los bloqueos que persistían en la capital. Las conversaciones se estancaron especialmente alrededor de la exigencia principal de la CNTE: derogar la reforma de la ley del ISSSTE de 2007, que sustituyó el sistema solidario de pensiones por cuentas individuales, reduciendo drásticamente los montos para los jubilados.

Manifestantes afuera del palacio nacional.
La presidenta Claudia Sheinbaum se niega a mantener un diálogo.

El gobierno ha intentado responder con medidas alternativas, como garantizar que las pensiones individuales sean complementadas por el fondo de pensiones para el bienestar, con el objetivo de alcanzar un ingreso promedio del IMSS (unos 17,000 pesos), ajustado cada año por inflación. También ha ofrecido congelar la edad de jubilación en 58 años para hombres y 56 para mujeres y eliminar la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros (Usicamm), reemplazándola por un esquema más transparente. Sin embargo, para los docentes, estas medidas no son suficientes: consideran que no resuelven el problema estructural y temen que los compromisos dependan de la disponibilidad presupuestal futura.

El contraste con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), que ha optado por mantener un perfil bajo y aceptar el diálogo gubernamental, subraya la intransigencia de la CNTE, cuya capacidad de movilización la ha convertido en una de las mayores preocupaciones del gobierno en este momento. Para Sheinbaum, el desafío es enorme: no solo está en juego el control de las calles, sino también la estabilidad política en vísperas de una elección que podría redefinir la estructura del poder judicial.

La reunión de este miércoles será decisiva. Mientras el gobierno insiste en que el diálogo es “la única manera de encontrar soluciones” y evitar un escenario caótico este domingo, la CNTE aún debate si aceptará sentarse a la mesa. Lo que está claro es que, pese a semanas de desgaste, ambos actores están bajo la presión del reloj electoral, y cualquier movimiento en falso podría tener consecuencias profundas no solo para el sector educativo, sino para el país entero.

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