El gobierno de Estados Unidos endureció su postura contra la migración irregular al anunciar la designación de “ciertas áreas” de su frontera con México como “zonas de defensa nacional”, consideradas extensiones de bases militares. En un mensaje difundido por la Embajada estadounidense en México, se advirtió que cualquier persona que ingrese sin autorización será sancionada con multas, arresto, enjuiciamiento y encarcelamiento. La campaña fue acompañada por frases en español como “NO ENTRES, arriesgas tu libertad en un viaje destinado al fracaso”.

La medida se presenta días después de la llegada de Ronald Johnson como nuevo embajador de Estados Unidos en México. El exmilitar y exagente de la CIA ya había anticipado que su misión se enfocaría en la contención migratoria y el combate al crimen organizado. A la par de la advertencia, la embajada estadounidense recordó que violar la ley puede acarrear la cancelación de visas y afectar el estatus migratorio de los mexicanos, por lo que exhortó a respetar las leyes de ese país.

Desde el gobierno mexicano, la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, evitó un pronunciamiento tajante, pero señaló que el gabinete de seguridad analizará la situación. Aclaró que esta estrategia no es completamente nueva, aunque reconoció que implica retos importantes. Rodríguez insistió en que la instrucción de la presidenta Claudia Sheinbaum es mantener el diálogo con Estados Unidos y priorizar las relaciones cordiales por encima de la confrontación.

Durante su comparecencia ante diputados, Rodríguez destacó que las declaraciones del gobierno estadounidense ocurren en un contexto en el que la migración hacia la frontera norte de México ha disminuido un 96%. Aunque no dio detalles sobre la metodología de esa medición, aseguró que dicho logro ha sido producto de un trabajo intenso por parte de las autoridades mexicanas.

En su conferencia de prensa, la funcionaria subrayó que ningún servidor público federal tiene autorización para emitir declaraciones contrarias a la línea de cordialidad establecida por la Presidencia. Según dijo, no se trata sólo de una relación política, sino también económica y social, por lo que cualquier respuesta oficial deberá alinearse con esa visión estratégica. La reciente conversación telefónica entre Sheinbaum y el presidente Donald Trump refuerza este enfoque.

Finalmente, Rodríguez celebró la llegada del nuevo embajador estadounidense y expresó su confianza en que las diferencias se puedan resolver mediante diálogo y cooperación bilateral. A pesar del tono alarmante del anuncio estadounidense, el gobierno mexicano ha optado por un enfoque diplomático, sin rechazar abiertamente la militarización parcial de la frontera ni las amenazas directas a las personas migrantes.

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