El expresidente de Estados Unidos, Joe Biden, rompió el silencio este lunes 19 de mayo al hablar públicamente por primera vez sobre su diagnóstico de cáncer de próstata con metástasis ósea. A través de un mensaje en redes sociales, el exmandatario agradeció las muestras de apoyo y afirmó que tanto él como su esposa Jill han aprendido que son más fuertes en los momentos difíciles. El texto estuvo acompañado por una imagen en la que aparece sonriente junto a su esposa y su gato, en un intento por mostrarse optimista.

La oficina de Biden detalló que el expresidente, de 82 años, enfrenta un cáncer con puntuación de Gleason de 9, una de las más altas en cuanto a agresividad. El tumor también se ha extendido a los huesos, aunque se aclaró que responde a tratamientos hormonales, lo cual abre la posibilidad de mantenerlo bajo control. Biden fue diagnosticado tras presentar síntomas urinarios agudos y la detección de un nuevo nódulo en la próstata.

La noticia generó una ola de reacciones tanto en el ámbito político como en el social. Donald Trump, su antiguo adversario y sucesor en la Casa Blanca, sorprendió al expresar sus “mejores deseos” para Biden y su familia, a pesar de haber cuestionado durante años su salud y capacidad cognitiva. Barack Obama también se pronunció, recordando que “nadie ha hecho más por impulsar tratamientos contra el cáncer” que su antiguo compañero de fórmula.

La vicepresidenta Kamala Harris, quien asumió la candidatura demócrata en 2024 tras el retiro de Biden, expresó que ella y su esposo están tristes por el diagnóstico, pero confiados en la resiliencia del expresidente. “Joe es un luchador”, aseguró, al tiempo que reconoció el impacto emocional que esta enfermedad ha tenido en la vida personal del exmandatario.

Durante su mandato, Biden impulsó la iniciativa “Cancer Moonshot”, un programa nacional para reducir en un 50% las muertes por cáncer en 25 años. Esta causa ha sido especialmente significativa para él desde la muerte de su hijo Beau en 2015, víctima de un cáncer cerebral. Esa pérdida lo marcó profundamente y lo convirtió en un defensor incansable de los avances médicos y la equidad en el tratamiento.

A pesar de sus esfuerzos y del respaldo de líderes de diversas corrientes, el estado de salud de Biden fue una constante fuente de ataques durante su presidencia. La situación se intensificó durante la campaña de 2024, en la que, tras un débil desempeño en un debate, decidió retirarse de la contienda y ceder el paso a Harris, quien finalmente fue derrotada por Trump.

El cáncer de próstata es el más común entre los hombres en Estados Unidos y representa la segunda causa de muerte por esta enfermedad. Según la Sociedad Americana contra el Cáncer, uno de cada ocho hombres será diagnosticado en algún momento. Aunque el cáncer que padece Biden es agresivo, los especialistas indican que puede ser tratado eficazmente si se detecta a tiempo y responde a la terapia hormonal, como ocurre en su caso.

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