Con afecto y respeto para su familia y amigos cercanos.
El pueblo de Veracruz está de luto. El pasado viernes falleció el ex gobernador Fidel Herrera Beltrán. Antes que otra cosa, quiero enviar una sincera y sentida condolencia a toda su familia por la irreparable pérdida.
Fidel era un político excepcional, que lo mismo dominaba los temas de la congregación más remota de cualquier municipio de Veracruz, o los textos de filosofía más densa.
Quiero contar una anécdota que viví con un grupo de amigos en 2013. Ya como ex gobernador, un primo mío con interés en la política se acercó a él para pedirle consejo y desde entonces, tenían bastante comunicación. Un día, ofreció recibirnos en su oficina de la Ciudad de México a un grupo de jóvenes que lo queríamos conocer. Para entonces, yo estaba por salir de la preparatoria. Nos acompañó una maestra que tenía más de un año sin que le pagaran. Cuando me tocó presentarme, le dije que yo estaba por entrar a la Universidad, y que quería tomarme el atrevimiento de que me empleara en su despacho.
Me dijo que ser abogado demandaba muchas horas de lectura, así que me regaló un paquete de libros de su autoría, también me dijo que le sería complicado recibirme como empleado del despacho porque en ese momento tenía un solo cliente, pero que, como paisanos, “para no quedarme mal”, me ofrecía hablar con el Licenciado Ignacio Morales Lechuga para que me incorporara a su notaría, lo llamó en ese momento, puso el altavoz y le pidió el favor. La respuesta fue que sí, que me presentara con él en cuanto estuviera listo mi ingreso a la Universidad (el desenlace con el Licenciado Morales Lechuga será motivo de otra columna).
Luego nos invitó a comer cerca de su oficina y durante largas horas nos contó anécdotas con diferentes Presidentes de la República, ex gobernadores y celebridades de todo el mundo. No conforme con la petición laboral-, le dije que yo quería hacer alguna contribución a mi escuela. Entonces se ofreció a llamar a un alto funcionario de la SEV para pedirle una donación de cañones proyectores. Cuando la maestra escuchó de la llamada, aprovechó para comentarle sobre su pago retenido. Nuevamente, teléfono en altavoz, intercambio de palabras de 30 segundos, en una misma llamada le pidió a este funcionario que destrabaran el pago de la maestra, y que me entregaran los proyectores. Cuando colgó nos dijo: ¡Misión cumplida!
A la maestra le pagaron al día siguiente. Los proyectores llegaron a la escuela también al día siguiente. También me sorprendió de Fidel que varios meses después, volvimos a ir y se acordó perfectamente de los nombres de todos, de los temas que cada uno le habíamos planteado en la visita anterior, y el trato fue con la misma generosidad y amabilidad de siempre.
Este grupo de amigos, mi primo y yo, platicamos con Fidel muchas veces. Nos escuchó con paciencia, nos aconsejó con maestría, y nos inspiró a conocer y a servir a Veracruz, siempre desde donde fuera posible.
Hoy descansa en paz y vuelve a reunirse con su esposa Rosita Borunda. Se va el hombre, pero se queda la leyenda, no solo en la memoria y en el afecto de muchos veracruzanos sino en la historia política de nuestra entidad. Su hijo Javier Herrera tiene sobre sus hombros una enorme responsabilidad, la de honrar el legado de su señor padre, el legado de un hombre que ejerció el poder intensamente, amando profundamente a su tierra.
EL TIEMPO LO REIVINDICÓ.
Después de su paso por la gubernatura, cuando empezaron las locuras y la voracidad de Javier Duarte, hubo muchos años de una campaña para manchar el nombre de Fidel. A 15 años de su salida del Gobierno, propios y ajenos se despiden de él reconociendo su talento político y su contribución a Veracruz (Hasta Miguel Ángel Yunes Linares envió sus condolencias).
NAHLE DA EJEMPLO DE MADUREZ POLÍTICA.
No tendría por qué ser nota que una Gobernadora en funciones de sus condolencias a la familia de un ex gobernador que falleció. Pero dado el nivel de degradación política que ha vivido Veracruz desde Duarte hasta Cuitláhuac, es de llamar la atención que la Gobernadora Rocío Nahle haya reconocido el papel de Fidel en la historia de la entidad y expresado sus condolencias a los deudos. Todo esto, más allá de cualquier filiación política partidista. ¡Bien por la Gobernadora!