El gobierno chino lanzó un contundente mensaje a Estados Unidos en respuesta a los nuevos aranceles impuestos por la administración de Donald Trump, asegurando que no le teme a Washington y exigiendo consultas comerciales en igualdad de condiciones. Tras una caída abrupta en los principales índices bursátiles globales, que superaron el cinco por ciento, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China declaró que “el mercado ha hablado”, responsabilizando directamente a Estados Unidos por desatar una injusta guerra comercial.

Trump elevó a 54 por ciento el total de aranceles sobre productos chinos tras aplicar un nuevo gravamen del 34 por ciento, lo que desató una inmediata represalia por parte de Pekín. China respondió de forma proporcional con un arancel del mismo porcentaje a todas las importaciones estadounidenses, medida que entrará en vigor el próximo 10 de abril. Además, el Ministerio de Finanzas del país asiático advirtió que continuará con acciones firmes para proteger su soberanía, seguridad e intereses de desarrollo.

En un comunicado difundido por la agencia Xinhua, las autoridades chinas acusaron a Estados Unidos de usar los aranceles como un arma de presión y calificaron sus acciones como un ejemplo de unilateralismo, proteccionismo y acoso económico. “No causamos problemas, pero tampoco les tenemos miedo”, advirtió el gobierno de Xi Jinping, al tiempo que reiteró su llamado a resolver las diferencias por la vía del diálogo.

La respuesta de China no se limitó a los aranceles. También suspendió importaciones clave provenientes de Estados Unidos —como sorgo, aves de corral y harina de hueso—, agregó 27 empresas estadounidenses a sus listas de restricciones comerciales y lanzó una investigación antimonopolio contra DuPont China Group. Además, reforzó los controles a la exportación de minerales de tierras raras, esenciales para diversas industrias tecnológicas.

Mientras Trump restó importancia al desplome de los mercados y se mostró desafiante desde su club privado en Florida, diversos analistas advirtieron que la escalada comercial entre ambas potencias podría tener consecuencias graves. “Esto es significativo y es improbable que termine”, advirtió Stephane Ekolo, estratega financiero, mientras que expertos como Craig Singleton consideraron que China ha dejado atrás las respuestas moderadas y ahora muestra una postura más combativa.

La creciente tensión entre Estados Unidos y China revive los temores de una guerra comercial de gran escala, sin señales de diálogo directo entre Trump y Xi Jinping. A medida que ambos países se preparan para nuevos enfrentamientos económicos, el impacto ya se refleja en la incertidumbre de los mercados financieros globales y en la posibilidad de un efecto dominó sobre el comercio internacional.

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