El dueño del bar Jalisquito, ubicado en Minatitlán, Veracruz, protagonizó un violento incidente al embestir con su camioneta a dos presuntos extorsionadores que intentaban atacarlo a balazos. Daniel «N», como se identificó al empresario, aseguró que estaba cansado de pagar cuotas al crimen organizado y que la noche del 21 de marzo reaccionó ante el peligro inminente de un atentado en su contra. Ambos agresores murieron en el lugar, mientras que él logró huir. Su vehículo fue hallado posteriormente con impactos de bala.

A través de un mensaje en redes sociales, Daniel «N» explicó que llevaba tres meses sin pagar la extorsión impuesta por criminales. Según relató, había decidido detener los pagos porque cada semana las exigencias económicas aumentaban, afectando seriamente las finanzas de su negocio. «Ya me había cansado de que estos solo venían por su dinero y se iban», escribió en la página de Facebook del bar, donde también anunció el cierre definitivo del establecimiento.

El ataque se produjo en el estacionamiento del bar cuando los agresores identificaron al empresario dentro de su camioneta. En un video compartido por él mismo, se observa el momento en que un hombre golpea a un guardia de seguridad mientras lanza una amenaza: «Dile a tu patrón que esto pasó por no pagar». Instantes después, Daniel «N» llega en su vehículo y es reconocido por los atacantes, quienes comienzan a disparar en su dirección.

En su mensaje, el empresario detalló que, al verse acorralado y temiendo por su vida, reaccionó de inmediato. «En medio de la confusión y el pánico, aceleré y perdí el control de mi camioneta, impactándome contra los muros de mi negocio. En su intento de escapar, los sicarios se atravesaron con su moto y provocaron la colisión», relató.

El caso ha generado gran controversia en Veracruz, donde la extorsión es una problemática extendida. Tras el incidente, diversos sectores de la población han manifestado apoyo al empresario, considerándolo una víctima de la violencia. En redes sociales, ciudadanos de Minatitlán y Coatzacoalcos expresaron solidaridad con el dueño del bar y exigieron su liberación, en caso de que las autoridades procedan legalmente en su contra.

Medios locales han reportado que Daniel «N» fue detenido tras los hechos, aunque la Fiscalía General del Estado (FGE) no ha confirmado su situación legal. El Ministerio Público cuenta con un plazo de 48 horas para determinar si presentará cargos en su contra o si lo dejará en libertad. Mientras tanto, el empresario afirmó que no dará la cara por temor a represalias.

En su mensaje de despedida, Daniel «N» pidió disculpas a su personal y clientes por el cierre del negocio, pero aseguró que no cometería «ningún delito» y que simplemente actuó en defensa propia. «Yo perdí mi libertad y paz y quizá algún día me alcancen las balas de venganza», escribió en un tono que reflejaba la incertidumbre sobre su futuro.

El caso del bar Jalisquito ha reavivado el debate sobre el cobro de piso y la inseguridad que enfrentan los comerciantes en Veracruz. Mientras las autoridades investigan lo sucedido, el episodio deja en evidencia la desesperación de los empresarios ante la creciente violencia del crimen organizado en la región.

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