Palabras Mayores

 “Una mentira repetida mil veces se vuelve verdad”- Joseph Goebbels.

Madres buscadoras recibieron llamadas anónimas de sobrevivientes del campo de exterminio en el rancho Izaguirre, ubicado en el municipio de Teuchitlán, Jalisco, en las que anunciaron su existencia. Fueron. Con recursos propios inspeccionaron el inmueble. Hallaron más de 400 zapatos, mochilas, notas de despedida, juguetes, llaveros con fotografía, credenciales de elector, instalaciones adaptadas a hornos.

Fue de tal magnitud el hallazgo, que de inmediato inició el golpeteo político, el Gobierno Federal informó que, si bien la Guardia Nacional aseguró ese rancho unos meses antes, era la Fiscalía local la que lo tuvo en resguardo. La fiscalía dijo que, si bien lo tenían ellos en resguardo, no se hicieron las diligencias de búsqueda necesarias porque el inmueble “es muy grande”. (Es una hectárea). El Gobernador de Jalisco dijo que, aunque eso no ocurrió durante su administración, se investigará a fondo. El grupo delictivo ¡volvió a ingresar al inmueble luego de que hubiera estado asegurado! La respuesta de la fiscalía local fue que no podían tener todos los inmuebles asegurados, porque actualmente resguardan mas de 100.

A los pocos días del escándalo, la sección de La Rayuela, en el periódico La Jornada publica: “Todo parece indicar que no hay tales hornos crematorios ni chimeneas ni lugar para cenizas. A la primera revisión todo se tambalea. Ojalá sea cierto que no hubo tal barbaridad “. Acto seguido, la Fiscalía General de la República atrae la investigación. Su primera medida en la investigación fue prohibir el acceso al inmueble a las madres buscadoras. Posteriormente, tanto Claudia Sheinbaum, como el Fiscal Alejandro Gertz Manero, y hasta Gerardo Fernández Noroña perfilan la línea discursiva de que no se trata de un centro de exterminio, sino de un campo de entrenamiento. Y que, por favor, no se lucre con la tragedia.

Jugar con las palabras no le resta gravedad al problema. Negar los hechos no resuelve la crisis. Una vez más, podemos decir que no es lo mismo ser borracho que cantinero. Y que, si no se maneja de forma quirúrgica, este problema puede arrinconar a la Presidenta en un irremediable conflicto entre las madres buscadoras y AMLO, de quien pidió “¡Ya déjenlo en paz!”. Lo único peor que engañar a otros, es engañarse a uno mismo.

Preguntas:

  1. ¿El caudillo acusó recibo y respondió vía La rayuela?
  2. Entonces ¿no tenemos una crisis de desaparecidos en México?
  3. ¿Cuántos ranchos como este habrá a lo largo y ancho de toda la república?
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