El Congreso de la Ciudad de México aprobó una reforma que prohíbe las corridas de toros con violencia, eliminando el uso de banderillas, espadas y lanzas, además de limitar el tiempo de cada espectáculo a 10 minutos y proteger la integridad física de los animales. La iniciativa, respaldada por la jefa de Gobierno, Clara Brugada, fue aprobada con 61 votos a favor y uno en contra. La mandataria celebró la medida, asegurando que representa un avance en el respeto a los derechos de los animales y un paso hacia una ciudad más comprometida con el bienestar animal.

La decisión ha provocado indignación entre los defensores de la tauromaquia, quienes consideran que esta reforma atenta contra la esencia de la fiesta brava y pone en riesgo la supervivencia del toro de lidia. Toreros como Arturo Saldívar y José Mauricio Morett han manifestado su rechazo, argumentando que la prohibición afectará gravemente la economía de muchas familias que dependen de la crianza y el espectáculo taurino. “Nos están quitando nuestra identidad como mexicanos”, expresó Morett, mientras que el matador Luis Garza advirtió que sin la muerte del toro, la afición disminuirá drásticamente.

Las protestas no se hicieron esperar. Un grupo de taurinos se manifestó a las afueras del Congreso capitalino, donde se registraron enfrentamientos con la policía. Posteriormente, los inconformes bloquearon el tránsito en el Eje Central, a la altura del Palacio de Bellas Artes, en señal de repudio a la decisión. A pesar de ello, la reforma sigue en pie y las autoridades aseguran que el espectáculo puede continuar, siempre que se respete la nueva normativa.

Manifestantes a favor de las corridas de toro.
Manifestantes en contra de las corridas de toro.

Desde el sector político también hubo voces disidentes. El único voto en contra provino de Pedro Haces Lago, diputado de Morena e hijo del empresario taurino Pedro Haces Barba. Para él y otros defensores de la tauromaquia, la reforma representa una imposición que ignora la importancia cultural y económica de la fiesta brava. “Están pasando por encima de nuestros derechos como aficionados y ciudadanos”, declaró Fernando, un joven seguidor de la tauromaquia.

Por otro lado, colectivos animalistas y ciudadanos a favor de la medida han celebrado su aprobación. Juana Valencia García, activista y comerciante, defendió la decisión al afirmar que la tauromaquia no puede considerarse un deporte ni una expresión cultural si implica sufrimiento para el toro. “Era un sacrificio innecesario, una diversión para el torero a costa del dolor del animal”, comentó.

A pesar de la controversia, la reforma entrará en vigor y marcará un precedente en el país. La Ciudad de México se suma así a las entidades que han prohibido o modificado las corridas de toros, en un debate que sigue dividiendo opiniones y que podría replicarse en otras partes de la República.

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